El 1 de septiembre de este año, un individuo llamado Fernando Sabag apuntó con una pistola a la cabeza de la también titular del Senado, pero el arma no se disparó.
El hombre, de 35 años, su novia Brenda Uliarte y otro sospechoso (Gabriel Carrizo) permanecen detenidos, en tanto Capuchetti se negó a analizar los lazos de esas personas con la organización ultraderechista Revolución Federal.
Fernández publicó esta jornada un vídeo en su perfil en la red social Twitter, en el cual son detallados los vínculos de políticos opositores con el ataque y se expresa que dicha agresión fue “el hecho más grave de una sucesión de acciones violentas contra la vicemandataria este año”.
Después del atentado, un testigo declaró que dos días antes del suceso, en el bar Casablanca, ubicado cerca del Congreso de la Nación, escuchó decir al diputado Gerardo Milman a dos mujeres que lo acompañaban: Cuando la maten, voy a estar camino a la costa, indicó el material publicado.
Milman es miembro del partido opositor Propuesta Republicana y manejó el área de inteligencia durante su período como vicetitular de Seguridad cuando la dirigente de esa organización, Patricia Bullrich, era ministra de Defensa, durante la gestión del expresidente Mauricio Macri (2015-2019).
Según el vídeo, las afirmaciones del testigo fueron corroboradas y las mujeres que estaban en Casablanca, dos asesoras del diputado, mintieron en sus declaraciones, pero debieron reconocer que estuvieron en el bar tras mostrarse las imágenes de cámaras de vigilancia.
Pese a todo ello, Capuchetti no tomó ninguna medida para seguir investigando y Milman todavía no fue citado. Además, se comprobó que el 18 de agosto, 13 días antes de la agresión a Fernández, el político presentó un documento en cual alertaba sobre un posible ataque a la ex jefa de Estado, señaló el material.
El texto fue firmado por el también diputado Francisco Sánchez, quien antes pidió pena de muerte para la vicemandataria.
El texto presentado por ellos concluye con la frase: Sin peronismo sigue habiendo Argentina.
Pese a todo esto y de tratarse del hecho de violencia política más grave desde el retorno de la democracia a este país, cuando aparecieron las primeras pruebas que involucran a la política con el hecho, Capuchetti paralizó y boicoteó la investigación. Es evidente que el Partido Judicial no quiere a Fernández como víctima, sino presa o muerta, concluyó el vídeo.
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