Los movimientos telúricos más fuertes ocurrieron cerca de la medianoche del sábado, con 5,2 y 6,2 en la escala de Richter, y fueron seguidos por una serie de réplicas, de acuerdo con el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile.
Aunque se descartó cualquier posibilidad de tsunami, muchas personas abandonaron sus hogares para refugiarse en los cerros cercanos.
Tras los temblores hubo cortes de energía eléctrica, agua potable y en el servicio de telefonía, por lo que no fue posible informar con precisión a los habitantes acerca de la situación, señaló el alcalde de Lebu, Cristián Peña.
Agregó el jefe edil que si bien no hay reportes de lesionados ni daños graves a la infraestructura, suspenderán las clases este lunes para revisar a fondo las escuelas y prevenir cualquier incidente.
“Se sabe de algunas grietas superficiales en los pisos y caída de cielos falsos en algunas dependencias”, dijo Peña.
El domingo por la tarde también hubo actividad sísmica leve en el norte de Chile, en la comuna de Los Vilos, Región de Coquimbo, donde se registraron 10 temblores, pero solo dos fueron perceptibles para las personas.
car/eam