Ello implica mayor esperanza de vida y menor mortalidad infantil y materna a escala global, reconoció el organismo internacional.
Las últimas proyecciones de la Organización de Naciones Unidas, publicadas con motivo del Día Mundial de la Población, sugieren que el número de habitantes del planeta podría llegar a alrededor de ocho mil 500 millones en 2030 y nueve mil 700 millones en 2050.
Además, se proyecta que alcanzará un pico de alrededor de 10 mil 400 millones de personas durante la década de 2080, en tanto el próximo año India habrá superado a China en cuanto al número de habitantes.
La propia ONU habla de superpoblación y de amplísimos sectores con recursos insuficientes, retos sociales y ambientalistas inéditos, desiguales relaciones económicas y otros problemas.
La fecha, más que alertar sobre los números, reflexiona sobre la resiliencia demográfica, vista como la necesidad de incorporar las dinámicas de población a la proyección e implementación de las estrategias de desarrollo de cada país y territorios.
Ello se pone de manifiesto fundamentalmente en países en desarrollo como Cuba, donde además, la pandemia de la Covid-19 impactó sensiblemente en la dinámica demográfica.
La nación caribeña registró, por primera vez en 2021, un número de nacimientos inferior a los seis dígitos (99 mil 096) y el más alto de defunciones (167 mil 645) de los últimos 60 años, resaltó el director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, doctor Antonio Aja.
Entre los desafíos más notorios realzan además la creciente población adulta mayor, los costos en la salud y la migración de mujeres y jóvenes.
Igual de relevantes resultan la disminución del embarazo y la fecundidad adolescente, con énfasis en las diferencias territoriales.
También la tendencia a la movilidad interna desde las zonas rurales hacia pueblos y ciudades de la zona urbana del país, con un impacto significativo en la población económicamente activa en los polos de producción de alimentos.
Contemplar la territorialidad, elevar la cultura, dar seguimiento a la implementación de las políticas públicas, con enfoque de género y derechos humanos son recomendaciones generales de expertos para la atención a las políticas demográficas, en pos del desarrollo sostenible.
En tal sentido Aja subrayó que la política cubana para la atención a la dinámica demográfica y el envejecimiento, con seguimiento al más alto nivel, es solo un punto de avance.
Esta debe complementarse con acciones gubernamentales afirmativas y el acompañamiento de la sociedad civil en los territorios.
Cuba, consideró el especialista, necesita con urgencia una campaña por el desarrollo cultural y para quienes no ven la relación cultura-demografía.
Se trata de alcanzar la resiliencia demográfica, entendiendo a esta última como la capacidad de los países para “proporcionar respuestas singulares, basadas en datos, que puedan ayudar a mitigar los efectos potencialmente negativos”, declaró la doctora en Ciencias, Marisol Alfonso de Armas, representante auxiliar de la UNFPA en Cuba.
Igualmente “aprovechar plenamente las oportunidades que también se presentan con el cambio demográfico”, destacó.
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