Esos territorios completaron los 42 días o dos ciclos de incubación del virus sin reportar nuevos contagios, mientras que en Mubende y Kasanda, lugares donde actualmente se concentran las mayores cifras de enfermos, también disminuyen los diagnósticos positivos.
Museveni declaró en conferencia de prensa televisada la víspera que los residentes de Mubende cumplieron la cuarentena en gran medida, pero los de Kasanda violaron algunas reglas, incluida una familia que exhumó a un pariente fallecido por el virus hemorrágico para volver a enterrarlo.
Ese incidente dejó un saldo posterior de 11 muertes debido al contagio, precisó.
Como parte de las restricciones vigentes para contener la propagación del ébola, el mandatario prohibió el movimiento de camiones de transporte de troncos dentro y fuera de los dos distritos después de detectarse su utilización para sacar de contrabando a personas de las áreas en cuarentena.
Anunció que las autoridades entregaron los nombres de todos los contactos de casos confirmados a los servicios de inmigración en las fronteras para evitar que pudieran viajar y exportar la enfermedad a otros países.
“El gobierno está haciendo todo lo posible para controlar esta epidemia y evitar la exportación fuera de Uganda”, enfatizó Museveni.
Por otra parte, la ministra de Salud, Jane Ruth Aceng, confirmó el domingo pasado un caso de ébola en Jinja, este del país, siendo la primera vez que el brote se extiende a una nueva región del país desde el centro de Uganda, donde los casos se han limitado hasta ahora.
El virus que circula es la cepa de Sudán, para la cual no existe una vacuna comprobada, a diferencia de la cepa de Zaire, más común y que se propagó durante brotes recientes en la vecina República Democrática del Congo.
Uganda acumula hasta el momento 141 contagios y 55 muertes, según cifras del Ministerio de Salud. El brote fue declarado en el país el 20 de septiembre pasado.
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