La jefa del Departamento de Medicina Materno Fetal, Sandra Acevedo, informó que uno de los problemas más frecuentes que atenderá el nosocomio es el síndrome de transfusión feto-fetal, que puede presentarse hasta en 15 por ciento de los embarazos gemelares que comparten la misma placenta.
Explicó que la cirugía perinatal también se aplica para corregir defectos fetales específicos como los del tubo neural, o las hernias diafragmáticas; en ambos casos, la intervención mejora la sobrevida y la respuesta al manejo quirúrgico definitivo al nacimiento.
Dijo que la clínica, ubicada en el Instituto Nacional de Perinatología «Isidro Espinosa de los Reyes» de la Secretaría de Salud, está equipada con tecnología de vanguardia a cargo de un grupo multidisciplinario de especialistas y subespecialistas.
Uno de sus objetivos, expresó, es reducir la morbilidad y mortalidad asociada al embarazo y el parto. En México ocurren anualmente poco más dos millones de nacimientos, de los cuales, nueve mil son gemelares que comparten una placenta única (idénticos), con conexiones aberrantes vasculares entre uno y otro, detalló.
En México, entre uno y dos de cada mil personas recién nacidas vivas presentan un defecto de tubo neural, es decir, la falta de cierre de la columna vertebral, que deja secuelas a nivel del neurodesarrollo, por lo que la mayoría no puede caminar, presenta problemas para control de los esfínteres y requiere la colocación de sondas urinarias de por vida.
La intervención fetal, por lo tanto, tiene el objetivo de corregir el defecto y que la persona recién nacida no tenga necesidad de ser intervenida quirúrgicamente al nacimiento. También puede reducir la necesidad de colocación de una válvula intracraneal para disminuir el exceso de líquido cefalorraquídeo en el cerebro.
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