Realizada en octubre en colaboración con los institutos Patrícia Galvão y Beja, la investigación precisa que el 94 por ciento de los hombres dice que nunca agredió y solo un seis admite haber cometido violencia doméstica.
Más de la mitad de las víctimas (55 por ciento) reaccionaron a las agresiones poniendo fin a la relación. Solamente una de cada cinco denunció el caso a las autoridades policiales y/o contó a un amigo o familiar,
El nivel de fiabilidad de la indagación es del 95 por ciento y el margen de error es de tres puntos porcentuales para más o para menos. Después de conocer casos de violencia, la mayoría de los brasileños buscan a las víctimas para conversar y, en general, ofrecen consejos enfocados en la seguridad y el bienestar de las mujeres, como para denunciar las agresiones a la policía (53 por ciento) y terminar la relación (48).
No obstante, una minoría recomienda que las víctimas tomen actitudes para mantener la relación, como buscar la iglesia (ocho por ciento), siendo las mujeres las que más dan este consejo.
Solo uno de cada cuatro hombres habla con el agresor después de enterarse de un caso de violencia doméstica. Ese guarismo es aún menor entre las mujeres, una de cada 10.
Fabíola Sucasas Negrão Covas, fiscal de Justicia del Ministerio Público de Sao Paulo y titular de la Fiscalía de Enfrentamiento de la Violencia Doméstica, afirmó que ese comportamiento tiene relación con ser capaz de reconocer al agresor como autor de una violencia.
«Es como si esos hombres se mostraran reacios a reconocer ciertos comportamientos como formas de violencia. Se necesita un mayor compromiso de los hombres, es un cambio cultural que necesitamos adoptar», señaló.
Resulta necesario comprender que género es una palabra jurídica y está en la raíz del problema. Es imprescindible «desmontar el sistema de dominación que, históricamente, fue determinado en las vivencias del ser hombre y del ser mujer», explicó.
El consejo más dado a los agresores es para que cambien de comportamiento (55 por ciento), seguido de la recomendación de que terminen la relación (41) y busquen una ayuda especializada (34), como atención psicológica.
De las 800 mujeres entrevistadas por el IPEC, un 36 por ciento admitió haber sufrido algún tipo de violencia doméstica.
Un 27 por ciento agresión psicológica: amenazas, humillación, insultos, insultos, chantaje, prohibición de encontrar amigos o familiares. Un 17 por ciento física (agresiones físicas como tapas, empujones, entre otras).
También un 10 por ciento ataque sexual (relaciones o prácticas amatorias forzadas (sin consentimiento).
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