Bajo el título de La Dictadura de las Rotondas, la publicación afirma que, tras la fachada del Comité Interinstitucional, al que califica de apócrifo, ese grupo de poder antidemocrático impone el abuso y la violencia contra la ciudadanía cruceña.
Describe que desde hace casi un mes los grupos paramilitares sostenidos por ese comité se apropiaron mediante la fuerza del control de Santa Cruz, en la mayoría de los casos bajo los efectos del alcohol y otras drogas, sin ley que limite sus excesos.
Reseña las denuncias por el cobro de peajes al paso de vehículos, motos, bicicletas e incluso peatones, sin importar la labor de cada uno de los transeúntes.
Añade que la dictadura de las rotondas es culpable del asesinato de cuatro personas inocentes, ajenas a las movilizaciones cívicas, victimizadas por el abuso y la prepotencia.
La publicación recuerda la denuncia de al menos una violación grupal contra una mujer en plena rotonda por una de las escuadras bloqueadoras.
Ahora el Pueblo agrega que pese al cerco mediático para encubrir las acciones delincuenciales, se conocen los asaltos y saqueos continuos de puestos de comida, restaurantes, tiendas de barrios, talleres y centros comerciales, principalmente en zonas populares y las más reacias a acatar la medida de fuerza.
De manera contrastante, observa el diario, que entre los bloqueadores en las rotondas circula de manera dispendiosa la comida, la bebida y otros productos de consumo no autorizado, que junto a la música caracterizan las celebraciones “de estos dictadorcillos que, al igual que su jefe (el gobernador Luis Fernando Camacho), se solazaban con el sufrimiento de la gente”.
Indica el periódico que la dictadura de estos elementos es selectiva, pues no molestan a las empresas importantes ni operan contra los grandes boliches y cafés, que generan utilidades para sus patrones, los mismos que en muchos casos financian a los bloqueadores.
Desde el punto de vista moral, la publicación deplora que a título de demandas regionales un grupo de dirigentes manipuladores pretendan saciar sus ambiciones personales mediante la mentira y el apoyo incondicional mediático de su entorno, sin importarles el pueblo.
Al referirse al aislamiento de las élites gobernantes cruceñas porque nadie en el resto del país se sumó a su llamado de nacionalizar el paro, el diario considera que por ese motivo mantienen la medida de presión, pues no saben cómo ordenar el cese sin evidenciar su fracaso en el objetivo de desestabilizar al Gobierno nacional.
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