Luego de las elecciones de medio término, del pasado día 8, los simbolizados con el color azul rompieron los pronósticos de encuestas, analistas y la tendencia histórica de que la fuerza política en el poder pierde escaños en la legislatura, al conseguir 50 de los 100 asientos en la Cámara Alta, una diferencia que podría ampliarse con la segunda vuelta de los comicios en Georgia.
Sin embargo, el pasado miércoles los medios notificaron que el Partido Republicano alcanzó 218 de los 435 bancas en disputa este año de la Cámara de Representantes y aseguraron su supremacía en esa instancia.
Al día siguiente, la presidenta de la Cámara Baja, Pelosi, anunció que seguirá siendo miembro del Congreso, pero dejará el próximo año su puesto en la cima de las filas azules, donde permaneció por dos décadas.
“Para mí, llegó la hora de que una nueva generación dirija el caucus que tanto respeto, y estoy agradecida de que haya tantas personas preparadas y dispuestas a asumir esta increíble responsabilidad”, dijo la primera y única mujer en ocupar ese cargo.
También en estas jornadas Hakeem Jeffries, representante demócrata por Nueva York, anunció formalmente su candidatura por el liderazgo, lo cual, de tener éxito, lo convertiría en el primer guía afrodescendiente en la historia del Congreso.
En opinión de analistas, la división que perfila la legislatura bicameral que entrará en funciones en enero del 2023 podría obstaculizar la agenda del presidente Joe Biden en lo que le resta en el Despacho Oval.
Es muy probable que el mandatario vea relativamente pocas de las victorias legislativas que pudo concretar durante sus primeros dos años en el cargo, como la Ley de la Reducción de la Inflación, expresaron expertos.
Por el momento, ya los republicanos prometieron abrir investigaciones por asuntos como la gestión de la crisis migratoria en la frontera sur y tienen interés en la pesquisa sobre los manejos comerciales de Hunter Biden, hijo del gobernante.
Como indicó el diario The Hill, también hay pronosticados intentos de juicio político a miembros de la administración que, según los conservadores, no hicieron su trabajo.
Para dar más polémica a la semana, después de mucho coquetear con la idea, apareció el expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) con su anuncio oficial de la candidatura por la Casa Blanca en 2024, que generó división entre sus seguidores republicanos y quienes consideraron que debería alejarse del centro de atención.
La víspera, el fiscal general Merrick Garland designó a Jack Smith como abogado especial para supervisar dos investigaciones en curso del Departamento de Justicia sobre el magnate.
Su designación le otorga autoridad para indagar sobre el manejo de documentos gubernamentales almacenados en Mar-a-Lago, residencia del exmandatario, y determinar si hubo violaciones en el cambio de poder tras las elecciones presidenciales de 2020, recordado por el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 por parte de una turba de seguidores de Trump.
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