De Sousa participó en Montevideo en el V Congreso Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales y consideró que el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil resultó una victoria de la democracia contra la dictadura.
Con una obra reconocida en universidades del continente, el reconocido intelectual subrayó que la política de alianzas fue determinante para ese resultado.
Por esta razón, Lula está siendo celebrado en todo el mundo, porque es una victoria contra los fascistas. Eso es muy relevante en un mundo que está cada vez más invadido por una extrema derecha global, muy virulenta, en diferentes continentes, opinó en entrevista con el diario La Diaria.
Refirió las complejas condiciones de articulación de fuerzas muy heterogéneas y los retos de gobernabilidad, lo cual precisa, apuntó, que los gobiernos progresistas de la región se refuercen unos a otros.
Destacó como un estallido social se tradujo en una agenda política distinta en Colombia, “con una propuesta más ecológica, más feminista, más interesante para esta nueva oleada”, en la que incluyó a Bolivia, Chile y Brasil.
Es un contexto muy diferente, pero es de esperanza, más que la que da la política europea en este momento, enfatizó.
Pero advirtió que la reacción de la derecha puede ser “la peor posible.
Consideró que la extrema derecha está mucho más agresiva de lo que estaba antes.
“No hablaba con la intensidad de hoy, no teníamos gobiernos de extrema derecha en Europa, en 2008 ni siquiera había partidos de extrema derecha en Europa” y ahora están llegando al 15 por ciento de los votos.
Van a intentar ganar las elecciones, porque quieren destruir la democracia sirviéndose de ella. Como se suele decir, la democracia puede morir democráticamente, expresó.
Adelantó que Brasil será un laboratorio en impedir que Lula gobierne con tranquilidad.
La única posibilidad de respuesta es que los países progresistas hagan dos cosas: primero, punir ejemplarmente a todos los golpistas y no hablar de conciliación, no hay conciliación con esta gente, remarcó.
Y concluyó sobre la necesidad de políticas sociales fuertes “porque la gran mayoría de la gente que vota a la extrema derecha no es fascista, es gente que perdió la esperanza en la política”.
ro/ool