Tras una vida dedicada a la búsqueda de la justicia, la verdad, y la defensa de los derechos humanos, la luchadora contra los crímenes de la última dictadura cívico-militar en este país (1976-1983) murió la víspera poco después de ser ingresada por enfermedades crónicas.
Mandatarios, ministros, dirigentes de organizaciones sociales y políticas expresaron su pesar por el deceso de quien es considerada un símbolo de resistencia y cientos de personas llegaron hasta la Plaza de Mayo bajo la lluvia para rendirle tributo.
Los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel, de Venezuela, Nicolás Maduro, y Bolivia, Luis Arce; los exmandatarios Evo Morales, Rafael Correa (Ecuador) y Dilma Rousseff (Brasil); el recién electo jefe de Estado de ese último país, Luiz Inácio Lula da Silva; y numerosas personalidades manifestaron su dolor y resaltaron su ejemplo.
Las que mueren por la vida no pueden llamarse muertas. En su lucha incansable, cruzó fronteras e hizo suyas las demandas de todas las víctimas del horror de las dictaduras militares, los escuadrones de la muerte, la guerra sucia, y otras formas brutales de violencia, señaló el Grupo de Puebla en un comunicado.
Por su parte, la Asociación dirigida por De Bonafini convocó a una marcha en su honor el jueves próximo y aseguró que Hebe seguirá siempre en la Plaza, donde estarán sus cenizas en cumplimiento a una petición suya.
El domingo, el presidente Alberto Fernández declaró tres días de duelo nacional y destacó las acciones impulsadas por ella para encontrar a sus dos hijos y al resto de los 30 mil desaparecidos durante la dictadura.
Cuando los medios de comunicación guardaban silencio ante las denuncias de las víctimas del terrorismo de Estado, un grupo de mujeres enfrentó a los genocidas que gobernaban el país. Hebe y las demás Madres colocaron en su cabeza el pañuelo blanco y se convirtieron en símbolo de dignidad y coraje, señala el decreto firmado por el mandatario.
En la peor de las noches de Argentina, ellas fueron faro de luz, demostrando que esa oscuridad no duraría para siempre. Frente a todos los intentos de imponer la impunidad, jamás bajaron los brazos y exigieron siempre justicia, añade.
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