“Hasta la fecha son 27 casos de tosferina a nivel nacional, de los cuales 19 son menores de cinco años y ocho son mayores (…). Tenemos hasta la fecha 21 casos activos y seis pacientes que se han recuperado”, afirmó el titular de esa cartera, Jeyson Auza en conferencia de prensa.
Auza alertó que este mal de origen bacteriano tiene casi el doble de transmisibilidad que las cepas más contagiosas de la Covid-19 y presenta grados de letalidad en niños.
Informó que en la semana epidemiológica 44, se registraron cuatro casos y todos se encontraban en Santa Cruz; en tanto siete días después la cifra se incrementó a un global de 20.
Ya en el reporte 46, el indicador trepó a 27 enfermos, es decir, siete adicionales, de los cuales 25 están en el departamento cruceño, uno en El Alto (La Paz) y uno en Oruro.
Con el objetivo de contener este rebrote, el Ministerio de Salud y Deportes declaró la alerta epidemiológica a inicios de noviembre, con un rastreo masivo y el plan de vacunación, se informó.
Este fin de semana mil brigadas de dos mis profesionales se movilizaron hacia El Alto para vacunar a menores de cinco años y encontrar posibles sospechosos, con lo cual se aspira a crear una “barrera inmunológica” y evitar la propagación, según el ministro.
Auza sostuvo que están garantizadas las vacunas, los médicos y las pruebas de diagnóstico en todos los departamentos.
Describió que el antídoto para los infantes menores de cinco años es la pentavalente, efectiva contra la difteria, tosferina, tétanos, hepatitis B, neumonías y meningitis.
Al referirse a Santa Cruz este domingo en entrevista televisada, el ministro consideró que el gobernador, Luis Fernando Camacho, es «lo peor» que le pasó al sistema sanitario de ese departamento porque la población cruceña está abandonada y no hay una debida atención al brote de coqueluche.
Comentó que la coordinación con el Gobierno departamental no fue viable debido al paro con bloqueos violentos que hoy cumple 31 días.
La tosferina o coqueluche es una enfermedad respiratoria muy contagiosa causada por un tipo de bacteria llamada Bordetella pertussis.
Estos microbios se adhieren a los cilios (pequeñas extensiones parecidas a vellos) que recubren parte del aparato respiratorio superior y liberan toxinas que provocan la inflamación de las vías respiratorias.
Según Auza, constituye una situación de mucho riesgo para la población, especialmente para los menores de cinco años que no reciben la vacuna, en quienes el mal puede resultar letal.
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