El 1 de septiembre de este año, un hombre identificado como Fernando Sabag apuntó con una pistola a la cabeza de la ex jefa de Estado en las proximidades de su domicilio en el capitalino barrio de Recoleta, pero el arma no se disparó.
Días después fueron arrestados su novia, Brenda Uliarte, y otro sospechoso (Gabriel Carrizo).
En base a informes de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (Datip), los representantes de Fernández, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, pidieron ampliar las indagatorias de los detenidos, considerar a Carrizo como coautor del delito de tentativa de homicidio agravado y otras medidas de prueba.
Según un documento divulgado en Twitter por la vicemandataria, los reportes de la Datip revelaron mensajes enviados por ese individuo a varios contactos después del atentado con textos como: “Recién intentamos matar a Cristina. Mi empleado le quiso disparar. Va a ir preso. El arma es mía”.
Para que el Gobierno sepa con quienes se están metiendo. Recuerda esta fecha. Con esto generamos miedo. Estamos pensando matar al jefe de La Cámpora (Máximo Kirchner) y a Cristina para obligar al señor presidente (Alberto Fernández) a renunciar, señala Carrizo en otros textos encontrados en su celular.
Los abogados afirmaron que la profundización de las indagaciones al respecto y la citación de los contactos del sospechoso resultan imprescindibles y criticaron a la jueza María Eugenia Capuchetti por no tomar medidas, pese a contar desde hace un mes con esa información.
Las nuevas comunicaciones dejan claro que la intervención de Carrizo no fue la de un cómplice secundario, sino la de un coautor. Por eso su procesamiento debe ser en ese carácter, indicaron.
Además, solicitaron realizar contrastes de escrituras para determinar el autor de una nota manuscrita sobre la Regla Tueller hallada en el domicilio de Uliarte.
La anterior es una doctrina que calcula el tiempo y la distancia que tiene una persona para sacar un arma y lograr disparar sin que se la quiten. Se enseña a las fuerzas de Estados Unidos y fue traída como una novedad a Argentina por la exministra de Seguridad y dirigente opositora Patricia Bullrich, explicaron con anterioridad los abogados.
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