El director de Vigilancia de la Salud de la citada cartera, Rodrigo Marín, refirió que el nuevo caso es un masculino sin antecedentes de viajes al exterior, costarricense, vecino de San José y 27 años, el cual presentó síntomas el pasado día 1.
Indicó que Salud mantiene el seguimiento de la evolución clínica correspondiente, contactos directos, trazabilidad y aislamiento, al tiempo que llamó a la población a que en caso de detectar lesiones en el cuerpo o cualquier síntoma, acudir a los servicios de salud y no tener contacto directo con alguien.
Marín destacó la importancia de saber que la viruela símica se transmite por medio del contacto físico estrecho, sostenido y piel con piel, siendo actualmente las relaciones sexuales la principal vía de contagio.
Otras vías de transmisión son a través de secreciones respiratorias en conversaciones cara a cara y el contacto con materiales contaminados de una persona enferma, el virus también puede pasarse al feto o al recién nacido a través del nacimiento o del contacto físico temprano, señaló el funcionario.
Precisó que el síntoma más común asociado a la viruela símica son las lesiones en la piel parecidas a granos o ampollas, las cuales pueden ser dolorosas o con picazón, aparecen en cualquier parte del cuerpo, pero con mayor frecuencia en regiones genitales, perianal, cara, manos y pies.
Otros signos de esta enfermedad son fiebre, escalofríos, ganglios inflamados, agotamiento, dolores musculares, de espalda y cabeza, así como síntomas respiratorios (por ejemplo, dolor de garganta, congestión nasal o tos).
Un reciente análisis de la viruela símica en Costa Rica refleja que desde el 20 abril de este año, cuando el país reportó el primer caso, hasta el pasado día 15 han investigado 85 probables contagios de viruela símica, pero el resultado de laboratorio descartó su presencia en 64 de las muestras y la confirmó en 23. Con el actual suman 24.
Los casos positivos, refieren datos del Ministerio de Salud, se caracterizan por ser masculinos de 25 a 51 años; el 76,2 por ciento con antecedentes de patologías que comprometen el sistema inmune; y el 100 por ciento asociado a trasmisión sexual o contacto sexual.
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