El Grupo Asesor para la Consideración Integral de las Capacidades de Defensa Nacional entregó esta jornada un informe al primer ministro, Fumio Kishida, con los detalles de la iniciativa, comunicó la oficina del mandatario.
El documento contempla una carga más pesada para los japoneses (excluye el impuesto corporativo) en lugar de recurrir a nuevas emisiones de bonos estatales que agravarían la deuda pública del país asiático, reseñó la prensa nacional.
Los expertos dirigidos por Kenichiro Sasae, ex embajador japonés en Estados Unidos, propusieron además que el gobierno recortara otros gastos a favor de la partida de defensa “en medio de crecientes desafíos de seguridad”
A propósito, Kishida declaró que planea acelerar las discusiones sobre estas “valiosas recomendaciones” y otros documentos claves relacionados con el tema a finales de año.
El Partido Liberal Democrático (PLD), presidido por el jefe del Gabinete, es la principal fuerza que aboga por duplicar los gastos de defensa hasta un dos por ciento del Producto Interno Bruto nacional, aparejado al estándar de los Estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
El PLD defiende también que Japón tenga la capacidad de desactivar los misiles de un hipotético país enemigo, así como sus sistemas de mando y control, lo cual implicaría atacar una base extranjera.
Esta idea ya ha sido planteada con anterioridad por el partido, pero siempre genera polémica dentro de las distintas instancias gubernamentales porque podría deslindarse de los principios pacifistas y la postura estrictamente defensiva recogida en la Constitución nipona desde 1947.
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