Descubierta dos décadas atrás en la región de Beni, Bolivia, fue presentada a la ciencia como Eunectes beniensis.
Al inicio fue considerada erróneamente como un híbrido entre la anaconda verde grande y la anaconda amarilla o paraguaya más pequeña.
Pero el análisis morfológico sugirió fuertemente su estatus como una especie propia e independiente, la cuarta de su género y que crece al menos hasta cuatro metros de longitud.
Recientemente el equipo dirigido por David Tarknishvili logró extraer ADN de las muestras de tejido antiguo para corroborar y verificar el estado genético específico de Beni Anaconda, según un artículo publicado en Amphibia-Reptilia.
De acuerdo con los expertos hoy en día el descubrimiento de una nueva especie no es muy inusual para el zoólogo que trabaja taxonómicamente, siempre que estas nuevas especies sean pequeñas y discretas.
En contraste, el hallazgo de nuevas especies de vertebrados grandes y conspicuos es mucho más raro y atrae la atención no solo de los especialistas, sino también del público en general.
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