Señaló el organismo de la ONU que esta región fue una de las que interrumpió las clases presenciales por períodos más prolongados, lo cual supuso la discontinuidad de los estudios o un acceso por vía remota para una generación de estudiantes durante dos años académicos.
Esta situación generó brechas en el desarrollo de habilidades, la pérdida de oportunidades de aprendizaje y el riesgo de aumento del abandono escolar.
También constribuyó al debilitamiento de la protección de otros derechos esenciales de niñas, niños y adolescentes, incluida su exposición a la violencia, advirtió la Cepal.
La comisión económica reconoció que los países hicieron importantes esfuerzos para la continuidad educativa desde los hogares, pero con debilidades y desigualdades en las condiciones de infraestructura, equipamiento digital y habilidades para transformar los métodos de enseñanza y mantener el vínculo educativo con toda la población infantil.
La crisis silenciosa en la educación, que afecta a las nuevas generaciones y profundiza las desigualdades, dejó en evidencia que los sistemas educativos no estaban preparados para enfrentar estos cambios, expresó el informe Panorama Social de América Latina 2022.
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