La publicación citó al secretario General Adjunto de Derechos Humanos de la ONU, Olivier De Schutter, quien durante su visita a Beirut estimó que 18 de los 20 bancos comerciales eran controlados por accionistas vinculados a fuerzas políticas.
Según Al Manar, el experto calificó la problemática financiera de la nación levantina como un “crimen contra el hombre” al intervenir recientemente ante el Parlamento belga.
Con respecto al Banco Central, el relator del organismo multilateral enfatizó que es considerado una de las instituciones con dificultades en términos de transparencia y sus prácticas se desviaron de los estándares internacionales.
En este sentido, De Schutter mencionó la no divulgación de reservas negativas netas que ascienden a miles de millones de dólares.
A mediados de mayo pasado, el experto en pobreza extrema y derechos humanos subrayó que las conexiones políticas con el sistema bancario son omnipresentes y que estás condujeron al despilfarro de la riqueza nacional durante décadas tras la mala gestión e inversiones.
En la ocasión, el representante de la ONU concluyó que el Banco Central llevó al Estado libanés a un sistema que protege a los ricos mientras deja a las familias pobres en desamparo.
“Los servicios públicos, incluidos la electricidad, la educación y la atención médica, han sido destruidos lo que exacerba la desigualdad”, puntualizó.
Con cuatro de cada cinco ciudadanos en la pobreza, Líbano camina por un período de vacío de poder, sin presidencia, ausencia de consenso político y bajo un gobierno interino.
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