El sondeo realizado la víspera por la empresa YouGov entre más de seis mil adultos arrojó que el 59 por ciento considera que el país está mal o muy mal después del divorcio, comparado con un 12 por ciento que opina la contrario.
Un 20 por ciento dijo que no le va ni bien ni mal, mientras que un nueve por ciento prefirió no opinar.
El Reino Unido cortó todos los lazos que la unían al bloque europeo el 31 de diciembre de 2020, cuando concluyó el llamado periodo de transición, y después de un accidentado proceso que comenzó con el referendo de 2016.
En esa consulta, el 52 por ciento de los electores británicos votó a favor de la ruptura, conocida popularmente como Brexit, para derrotar a los “remainers”, que en total lograron un 48 por ciento de los votos.
La retirada implicó el fin del libre movimiento de personas entre el Reino Unido y los países miembros de la UE, y la salida de Londres del mercado único y la unión aduanera europeos, con excepción de la provincia británica de Irlanda del Norte, lo que ahora es motivo de conflicto entre los antiguos aliados.
Aunque el primer ministro conservador británico, Rishi Sunak, aseguró días atrás que el Brexit ya aporta beneficios y oportunidades enormes para los británicos, la mayoría de los analistas y el sector empresarial consideran que la falta de mano de obra extranjera socava el crecimiento económico del país.
Meses atrás, el tanque pensante Resolution Foundation alertó que el divorcio entre Londres y Bruselas dañó la competitividad del Reino Unido, redujo la productividad, empobreció a los trabajadores promedios, y contribuyó a aumentar el costo de la vida, y a la caída de las inversiones.
mem/nm