La entidad deploró que, en Cabo Haitiano, la segunda ciudad del país, persiste el desabastecimiento, a pesar del desbloqueo de la terminal Varreux luego de que durante dos meses grupos armados limitaron el acceso al depósito que almacena el 70 por ciento de productos petrolíferos.
La Cámara de Comercio señaló que los camiones cisterna salieron de la capital hacia el departamento Norte, pero fueron desviados para alimentar el mercado negro.
Asimismo lamentó que, aunque las estaciones de servicio de la región se encuentran cerradas, el combustible se vende en las calles, lo cual tiene consecuencias negativas en el funcionamiento de las empresas y la población en general.
La semana pasada numerosas organizaciones denunciaron esa situación y criticaron que varios días después de la reanudación de la distribución un galón de gasolina alcanza los mil 750 gourdes (casi 13 dólares), más del triple de su precio oficial.
Por su parte en Les Cayes, en el sector sur de la nación, el comisionado de Gobierno, Ronald Richemond, detuvo a empresarios y pequeños comerciantes involucrados en el mercado ilícito de combustibles.
La crisis energética en Haití, agravada a mediados de septiembre por la acción de las bandas, dejó disfuncionales los hospitales, fábricas, escuelas, empresas e incluso la administración pública y embajadas, al tiempo que se dispararon los precios de la canasta básica, la transportación y la generación doméstica de electricidad.
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