“#Bolivia resolvió la controversia con un pueblo hermano gracias al trabajo basado en estudios científicos y a nuestra estrategia de relaciones internacionales. Continuaremos esta labor en beneficio de los pueblos”, escribió el presidente Luis Arce.
Su par chileno, Gabriel Boric, por su parte, afirmó en Santiago que “habiendo resuelto el asunto (del Silala) continuamos trabajando con Bolivia”.
Agregó que después del fallo ambas partes pueden enfocar sus esfuerzos “en lo que nos une y no en lo que nos separa”.
El mandatario resaltó el “espíritu de buena vecindad, de colaboración e integración” entre ambos Estados y subrayó que el momento es propicio para dar continuidad a lo que denominó la agenda de 12 puntos.
Una hoja de ruta acordada en 2021 por Arce y el entonces mandatario chileno Sebastián Piñera abrió la puerta de la normalización de las relaciones bilaterales, a las que el Gobierno de Boric dio pleno respaldo.
Posteriormente, durante una reunión en Bogotá, Colombia, durante la toma de posesión de Gustavo Petro como jefe de Estado, Arce y Boric acordaron encaminar un pacto para “hacer más ágil el libre tránsito boliviano” por territorio chileno, como establece el Tratado de 1904.
En ese sentido, decidieron fortalecer el comercio por el puerto de Arica, principal vía de importación y exportación del país mediterráneo sudamericano.
Con posterioridad, Arce ratificó su buena voluntad para trabajar en conjunto con su asistencia en marzo último a la investidura del dignatario chileno.
La agenda bilateral de 12 puntos, que excluye el tema marítimo, incluye potenciar el comercio, el turismo, la lucha contra el contrabando y, entre otros, las inversiones para el desarrollo económico y social de ambas naciones.
Desde La Haya, Países Bajos, sede de la CIJ, el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Rogelio Mayta, expresó que “hace rato” existe una relación “necesaria” con Chile y que el fallo emitido hoy sobre los recursos hídricos del sudeste potosino no altera la “continuidad de la hoja de ruta”.
El más importante órgano judicial de Naciones Unidas reconoció que el Silala es un curso hídrico internacional que nace en manantiales ubicados en territorio boliviano.
Al propio tiempo, ratificó los derechos bolivianos sobre esas aguas y su soberanía sobre el desmantelamiento de los canales construidos artificialmente.
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