Señaló que es indudable una serie de reformas y una de ellas tiene que ver con el reconocimiento del campesinado, pues sin las mujeres y hombres del campo no hay producción alimentaria, enfatizó Petro.
También es necesaria una especial protección del Estado, lo cual significa aumentar las rentabilidades para los productores del campo, por medio de transferencias tecnológicas limpias.
Eso siginifica, subrayó, crear asociatividades para industrializar la producción alimenticia en propiedad de los campesinos porque eso genera más ingreso.
Además, aceptar la diversidad inmensa del territorio colombiano con sus distintas problemáticas en cada región.
Recalcó que el principal problema del agro en Colombia es la tenencia de la tierra y se hizo creer como algo normal que tres mil personas tengan el 80 por ciento de las tierras cultivables de este país y no produzcan siquiera una mata de yuca.
Afirmó que en el país se ha construido una irracionalidad al sacrificar las tierras productivas en tiempos de cambio climático, hambruna y éxodo.
«Una irracionalidad simplemente por intereses, simplemente por la idea del poder que nos dejaron los españoles: una idea feudal, anacrónica la creencia que el tamaño del poder depende del tamaño de la tierra y por lo tanto el Estado también se puede ver como una hacienda particular», subrayó.
Petro anunció que su gobierno se apresta a iniciar, en las próximas semanas, una reforma agraria, de manera pacífica y sin despojar a los indígenas de sus tierras.
Consideró que «esa no ha sido una consigna comunista, como ahora dirán», sino que «repartir democráticamente la tierra para industrializar un país es el principio de la sociedad capitalista».
«Eso ni siquiera se ha hecho en Colombia» donde «nos han querido mantener en el feudalismo», en «una exclusión de las mayorías nacionales, de las cuales hace parte el campesinado colombiano», remarcó.
Explicó que el objetivo de su administración es comprar la tierra, incluso a un precio comercial.
«Ese Estado que hemos recibido tiene, en el corto plazo, en cuestión de semanas, que prepararse para comprar grandes cantidades de tierra fértil y tiene que combinar esa actividad con el crédito del Banco Agrario, al cual hay que convertir, también de manera rápida, en el primer banco de Colombia», resaltó.
Respecto al Banco Agrario, consideró que no se puede priorizar la producción de alimentos y su industrialización si no hay una palanca financiera que apoye al campesinado.
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