Patrick Muyaya, portavoz gubernamental, dijo la víspera que la cifra de muertos por el ataque ocurrido en la localidad de Kishishe aumentó a 270 y rompió el frágil alto al fuego decretado el 25 de noviembre pasado entre el Ejército el M23.
Muyaya confirmó que el Ministerio de Justicia remitió el asunto al fiscal de la Corte Penal Internacional para su esclarecimiento.
En Goma, miembros de movimientos sociales y vecinos de la ciudad se reunieron en una vigilia para recordar a las víctimas del conflicto y exigieron la atención de la comunidad internacional para poner fin al conflicto que ha dejado decenas de muertos y millones de desplazados.
Por su parte, el grupo rebelde culpó al Gobierno por la masacre y dijo que la cifra de fallecidos revelada era para “crear una distracción”. Muyaya reconoció la ausencia de una corroboración inmediata de los muertos por la inseguridad en la zona, pero que la información provino de fuentes locales de la sociedad civil.
El M23 empezó sus operaciones en 2012 cuando capturó la estratégica ciudad de Goma, de la cual fueron desalojados y guardaron silencio hasta el año pasado cuando reiniciaron operaciones tras acusar a las autoridades congolesas de incumplir su compromiso de incorporar sus integrantes al Ejército Nacional.
Los actos de violencia desatados en el este de la RDC en los últimos años provocaron el desplazamiento de unos cinco millones de civiles, en tanto, decenas resultaron muertos, según fuentes humanitarias.
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