Los miembros de Unitad –equipo de investigación de la ONU para promover la rendición de cuentas por los crímenes cometidos por Daesh– recopilaron pruebas testimoniales, digitales y documentales relacionadas con el asunto.
Las evidencias aunadas indicaron que la banda terrorista fabricó y produjo cohetes y morteros químicos, municiones para lanzacohetes, ojivas de misiles y artefactos explosivos improvisados.
Además, los investigadores revelaron que los extremistas utilizaron sustancias químicas como fosfuro de aluminio, cloro, bacteria Clostridium botulinum, cianuro, nicotina, ricina y sulfato de talio, como armas para atacar varias ciudades iraquíes, entre ellas, Tuz Khurmato, el 8 de marzo de 2016.
Para el análisis también tuvieron en cuenta el atentado perpetrado en la localidad de Taza Khormatu el 8 de marzo de 2016, cuyos habitantes presentan complicaciones de salud frecuentes, que incluyen enfermedades crónicas, cánceres y problemas relacionados con la salud reproductiva.
Los expertos centraron su interés en la financiación, suministro y logística de Daesh y sus vínculos con los elementos de mando, para comprender mejor cuáles eran los supuestos sitios de producción y uso de armas en el país árabe.
El equipo determinó que existieron fuertes vínculos entre redes de apoyo en Mosul y Bagdad y redes regionales más grandes en Medio Oriente y la región del Golfo.
jha/adr