Los organizadores de la cita apuestan por un firme compromiso a favor de conservar la biodiversidad, actualmente en franco retroceso, por lo que la propuesta central de la agenda persigue proteger el 30 por ciento de las tierras y las aguas del planeta.
El último informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Ecosistemas señaló que el 25 por ciento de la fauna y la flora están amenazadas y cerca de un millón de especies se encuentran ahora en riesgo de extinción.
Se trata de una dramática situación que ha llevado a parte de la comunidad científica a calificar lo que está sucediendo como la sexta extinción masiva de la historia de la Tierra, precisó ese documento.
La esperanza es que, al final de la cumbre, se firme un acuerdo histórico para detener el declive de la biodiversidad para 2030 y restaurarla para 2050, pues basta saber que menos del 17 por ciento de la Tierra y del ocho por ciento de los océanos son áreas protegidas, donde la biodiversidad está garantizada, pero no ante los impactos del cambio climático.
Hasta ahora, los resultados han sido decepcionantes, y aunque la gente es más consciente de la importancia de la biodiversidad y el porcentaje de áreas protegidas aumentó, ninguno de los 20 objetivos establecidos en la cumbre de 2010 en Nagoya, Japón, para 2020 se alcanzaron, según un informe del Convenio de Diversidad Biólogica de ese mismo año.
Un mensaje claro que se desprende de la COP27 es que la naturaleza y su restauración son cruciales para lograr los objetivos climáticos.
Además, la decisión tomada en Sharm el-Sheij, Egipto, sobre la creación de un fondo para compensar a los países en desarrollo por las pérdidas y daños causados por el cambio climático es también un paso importante para proteger la biodiversidad, que suele ser más rica en los países en desarrollo.
Con este escenario la cumbre que comienza hoy debe crear una hoja de ruta para la recuperación de la naturaleza hasta 2030, enfocada en los impulsores de la pérdida de biodiversidad, como la sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación, las especies exóticas invasoras y el cambio climático.
No obstante, organizaciones no gubernamentales y observadores consideraron decepcionantes y preocupantes los tres días de negociaciones previos, que se celebraron hasta ayer y donde se lograron pocos avances concretos.
“Los pasos que hay que dar deben ser audaces y no entre corchetes», afirmó en conferencia de prensa este martes la jefa de Medio Ambiente de la ONU, Inger Andersen en referencia a los cientos de paréntesis que marcan al proyecto de acuerdo, que aún carece de consenso a dos semanas de la clausura de la cumbre.
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