“Desde un inicio la derecha peruana intentó derrocar a un gobierno democráticamente electo por el pueblo, por las clases humildes que buscan más inclusión y justicia social. Lamentamos lo ocurrido en la hermana República del Perú, donde enviamos toda nuestra solidaridad”, escribió Arce en su cuenta de Twitter.
“Profunda preocupación” expresó este miércoles la Cancillería de Bolivia poco después que se conoció la crisis política que afecta “a la hermana República del Perú”, agudizada con la destitución y el arresto de su exmandatario.
Castillo fue detenido tras abandonar el Palacio de Gobierno una vez aprobada su cesantía por el Parlamento.
Respecto a esta situación, Arce advirtió del constante hostigamiento de élites antidemocráticas contra gobiernos progresistas, populares y legítimamente constituidos en la región, y subrayó que esa práctica debe ser condenada por todos.
“Abogamos por que la democracia, la paz y respeto a los Derechos Humanos, prevalezcan en beneficio del pueblo peruano”, concluyó el dignatario.
El primer exmandatario indígena de Bolivia, por su parte, escribió en un tuit que “más allá de desaciertos y aciertos, el hermano @PedroCastilloTe y su familia merecen un trato humanitario”.
Morales agregó en la red social que una vez más la oligarquía peruana y el imperio estadounidense no aceptan que líderes sindicales e indígenas lleguen al gobierno para trabajar por el pueblo.
La crisis política que afecta al hermano pueblo peruano, al Perú profundo especialmente, fue provocada por la conspiración permanente de la derecha fujimorista y medios derechistas contra un gobierno elegido en las urnas cuyo “delito imperdonable» fue representar a los más pobres, agregó.
El líder del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos consideró que está en ejecución en América Latina la llamada «guerra híbrida».
Describió que esta estrategia de golpe blando se caracteriza por el “uso de medios de comunicación y operadores políticos de la justicia para perseguir, acusar y defenestrar a líderes que defienden al pueblo y enfrentan políticas neoliberales de hambre de la derecha capitalista”.
Fuentes policiales indicaron esta tarde desde la capital peruana que la caravana de Castillo y su escolta fue interceptada por policías de elite que la obligaron a ir a la Región Policial de Lima, cerca del centro de la ciudad, donde se congregaron decenas de detractores que lanzaban gritos contra el exdignatario.
jha/jpm