En reunión, el gremio discutió las problemáticas de los libaneses relacionadas con su vida cotidiana, ingresos y canasta de consumo que escapa de los precios y controles de calidad.
A través de una declaración, el colectivo pidió un seguimiento serio del movimiento de los mercados y un control estricto de los costos, para brindar protección a los pobladores y asegurar un mercado limpio y libre de productos adulterados e inseguros.
La Federación insistió que los salarios y las pensiones constituyen la línea roja que atraviesan políticas al imponerles nuevos impuestos vinculados a la elevación del dólar aduanero a pesar de la falta de valor adquisitivo.
En este sentido, la agrupación llamó al primer ministro interino, Najib Miqati, y al Ministerio de Finanzas a tomar la iniciativa de pagar todas las cuotas a los municipios y garantizar los salarios y derechos de los trabajadores.
Reclamó al gabinete asegurar los fondos necesarios para que los garantes, entre ellos la Caja Nacional del Seguro Social y la Cooperativa de Empleados del Estado, puedan recaudar sus aportes para brindar protección y verdadera atención social y de salud a los trabajadores.
La Federación de Lealtad a los Sindicatos del Líbano advirtió contra los perjuicios a los contratos colectivos laborales y los derechos de los empleados y trabajadores, especialmente en instituciones y empresas que están sujetas a los mandatos de los ministerios.
Una encuesta publicada en noviembre último por la Agencia Internacional de Información reveló que el 70 por ciento de las familias libanesas necesitan ayuda para sobrevivir como consecuencia de la reducción del poder adquisitivo en más del 90 por ciento y el incremento del costo de la vida en un 800 por ciento.
El investigador Mohammed Shamseddin destacó que cualquier hogar del país de cuatro integrantes, el número medio de miembros de una familia libanesa, requiere unos 23 millones de libras (alrededor de 750 dólares según el cambio de la plataforma del Banco Central, Sayrafa) para vivir al mes de manera adecuada bien lejos del lujo.
Ausencia de consenso político y la agudización del colapso económico complejizan el escenario actual de Líbano, a más de un mes del vacío presidencial y bajo un gobierno en funciones de limitados poderes.
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