El líder de la minoría conservadora en la Cámara Alta, Mitch McConnell, señala la participación del exmandatario (2017-2021) en las primarias del Partido Republicano (también conocido por la sigla GOP), mientras hay quienes están descontentos con su liderazgo por carecer de una agenda.
Los críticos argumentan que el exgobernante ayudó a candidatos débiles a ganar nominaciones y que sus reiteradas afirmaciones de que las elecciones de 2020 fueron robadas, si bien ello fue descartado por todas las evidencias, desanimaron a muchos votantes.
Para el titular republicano John Thune, la obsesión del magnate con los comicios que perdió hace dos años constituyó “un verdadero lastre para los aspirantes a los cargos, especialmente en los estados indecisos”.
También en este sentido el senador Mitt Romney afirmó que “para alguien que realmente quiere ganar unas elecciones, ser respaldado por Trump es el beso de la muerte”.
Como indica el diario The Hill, la derrota en Georgia el 6 de diciembre del excandidato republicano Herschel Walker en la contienda contra el legislador Raphael Warnock reabrió la herida de los sufragios de medio término del pasado 8 de noviembre, ante la incapacidad de vencer a un solo titular demócrata del Senado.
Los rojos tampoco lograron mantener el escaño del titular retirado republicano Pat Toomey en Pensilvania, donde el candidato de las filas azules John Fetterman ganó su puesto en la Cámara Alta al recibir más apoyo que el conservador Mehmet Oz.
“Es la primera vez en la memoria reciente que ningún titular del partido del presidente es derrotado en unas elecciones de mitad de mandato”, remarcó el periódico.
El propio Toomey estuvo de acuerdo en que los votantes el pasado mes rechazaron “a los candidatos defectuosos, los que estaban demasiado claramente alineados con Trump”.
Sin embargo, legisladores aliados del expresidente lo defendieron y culparon del fracaso a los líderes del partido en Washington por dejar de elaborar una agenda que atrajera a los votantes de clase trabajadora, la cual apoyó a Trump en las elecciones presidenciales de 2016 y 2020.
Según analistas, los resultados del llamado a las urnas desafiaron las tendencias históricas, en las que el partido del presidente (en este caso el demócrata Joe Biden) pierde escaños en ambas cámaras del Congreso, pues la fuerza azul logró 51 asientos y así retener el control del Senado, incluso con una administración considerada impopular.
Cuando el 118 Congreso norteamericano tome asiento el próximo mes, habrá 49 republicanos en el Senado (integrado por 100 titulares), pero esa fuerza política regirá en la Cámara Baja, con 222 sillas confirmadas de las 435 de esa instancia legislativa.
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