Al inaugurar el Día de la Industria agroalimentaria, efectuado este jueves en la sede de la OMC, la funcionaria recalcó además la necesidad de hacer más para fortalecer el sistema de comercio basado en normas a la luz de la actual crisis alimentaria y de los abonos.
En este evento de alto nivel, que reunió a dirigentes de las principales empresas agroalimentarias y a representantes del sector agrícola y de asociaciones de la industria, de líderes agrícolas y de miembros de la OMC, se examinaron los obstáculos que limitan el comercio agroalimentario.
También se estudiaron soluciones para resolver los embotellamientos y hacer frente a la inseguridad alimentaria.
Al citar cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), González señaló que los precios de los alimentos, a pesar de haber bajado desde el máximo alcanzado en marzo de este año, son aún un dos por ciento más altos que en el anterior.
En ese sentido advirtió que se prevé que la factura mundial de las importaciones de alimentos alcance un máximo histórico en 2022, superando los dos billones de dólares, mientras se espera que la de adquisición de insumos agrícolas (principalmente fertilizantes) se sitúe en torno a los 424 mil millones de dólares.
Esto último, ilustró, supone un aumento del 50 por ciento respecto a 2021.
La directora general adjunta aseveró asimismo que, ante los acuciantes desafíos, el comercio tiene un papel crucial que desempeñar para garantizar la seguridad alimentaria mundial.
A continuación argumentó en ese sentido que el comercio alimenta a una de cada seis personas en todo el mundo.
La funcionaria llamó la atención sobre la rápida actuación de los miembros de la OMC en respuesta a la crisis alimentaria, y destacó al respecto tres resultados en la 12ª Conferencia Ministerial (MC12) en junio de este año, los cuales tienen la seguridad alimentaria en su núcleo.
Entre ellos mencionó la declaración sobre la respuesta de emergencia a la inseguridad alimentaria, una decisión para apoyar las compras de alimentos del Programa Mundial de Alimentos, y otra sanitaria y fitosanitaria (MSF) para modernizar el Acuerdo MSF, que regula las normas alimentarias, sobre animales y vegetales.
González pidió a los participantes que no olvidaran que la OMC ha recorrido un largo camino en la liberalización del comercio agrícola y supuesto una enorme diferencia para la seguridad alimentaria mundial al establecer normas vinculantes que derribaron barreras comerciales.
Ilustró además que el comercio mundial de productos agrícolas se ha triplicado con creces desde la entrada en vigor del Acuerdo sobre la Agricultura en 1996, y en la actualidad asciende a más de 1,8 billones de dólares.
Añadió que el comercio agrícola Sur-Sur también ha prosperado y ahora representa una cuarta parte de los flujos del total de los intercambios agrícolas.
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