El vocero policial, Gary Desrosiers, precisó que corresponde ahora a la justicia dar seguimiento administrativo al expediente.
La investigación del magnicidio sufrió altibajos desde su apertura en julio de 2021, luego que Moïse recibiera al menos 12 disparos en su residencia de Pelerin en esta capital, supuestamente a manos de un comando integrado por exmilitares colombianos.
Al menos cinco jueces de instrucción tuvieron a su cargo el archivo, tres de ellos renunciaron por preocupaciones con la seguridad y otro fue despedido tras acusaciones de corrupción.
A mediados de este año el juez Walther Wesser Voltaire asumió la pesquisa, entrevistó a varios sospechosos y emitió declaraciones, sin embargo, la familia del exmandatario pidió esta semana su recusación.
De acuerdo con la ex primera dama Martine Étienne el magistrado tiene vínculos con varios presuntos implicados y debe abandonar la investigación.
En Estados Unidos al menos tres sospechosos fueron imputados en relación con el asesinato, entre ellos el exmilitar colombiano Marco Antonio Palacios y el empresario Rodolphe Jaar, quienes confesaron ser parte del complot.
En Haití, en cambio, las 40 personas que permanecen detenidas en la Penitenciaría Nacional aún no fueron acusados formalmente y denunciaron violación de los derechos humanos y falta de acceso a la justicia.
Como el magnicidio, los crímenes de alto perfil cometidos en el país durante las dos últimas décadas continúan sin resolverse, denunció la estatal Oficina de Protección del Ciudadano que pidió asistencia internacional para la investigación.
Varios sectores coincidieron en la necesidad de que Naciones Unidas intervenga para llevar adelante la pesquisa que sigue inconclusa por el momento.
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