La Ley para la Reducción de la Inflación (IRA), que favorece a las fábricas nacionales, tiene todos los elementos para convertirse en un conflicto comercial global en toda regla, con los aliados europeos y asiáticos molestos por verse eliminados de los lucrativos créditos norteños para vehículos eléctricos, apuntó el diario Politico.
Ahora, añadió, la Unión Europea, Corea del Sur y Japón buscan presionar a Biden para que debilite las reglas de fabricación presentes en la medida antes del 1 de enero de 2023, cuando solo los coches eléctricos ensamblados en Estados Unidos serán elegibles para los reembolsos a los consumidores.
La disputa amenaza con descarrilar algunas de las relaciones comerciales más sólidas de Estados Unidos en un momento en que la administración las necesita para contrarrestar el costo económico de las sanciones impuestas contra Rusia y el auge tecnológico de China, remarcó la fuente.
Según la ley, Alemania y Corea del Sur, por ejemplo, verán que las exportaciones de sus pesos pesados industriales, Volkswagen y Hyundai, serán eliminadas de un crédito fiscal al consumidor de siete mil 500 dólares, considerado como fundamental para el mercado norteño en pos de aumentar la producción y venta de vehículos eléctricos.
Cuanto más dure la disputa del IRA, más perderá el Gobierno de Estados Unidos su crédito entre los aliados, lo que hará más difícil tenerlos a bordo para las causas comunes globales, como asegurar las cadenas de suministro, dijo un funcionario de la embajada de Corea del Sur en condición de anonimato a Politico.
“Me gustaría creer que es un incidente único en lugar de un punto de inflexión hacia un proteccionismo más profundo. Pero, a menos que se corrija, podría causar la proliferación de subsidios dañinos en todo el mundo”, advirtió.
Durante una visita realizada la semana pasada por el presidente francés, Emmanuel Macron, quien criticó la ley, Biden dijo a los periodistas que los dos habían discutido “pasos prácticos para coordinar y alinear nuestros enfoques”, mientras que el europeo afirmó que los líderes habían “acordado volver a sincronizar sus puntos de vista”.
Sin embargo, los legisladores demócratas, e incluso el equipo económico de Biden, reconocen que la ley persigue precisamente beneficiar a los estadounidenses en vez de a sus homólogos extranjeros.
“No nos disculpamos por el hecho de que la estrategia y los elementos económicos de estos proyectos de ley están diseñados, ante todo, para generar oportunidades para las comunidades de todo el país”, declaró por su parte el director del Consejo Económico Nacional, Brian Deese.
Asimismo, la introducción de cualquier enmienda podrían alterar la interpretación de la ley de manera que el gobierno quede expuesto a demandas de los sindicatos o cualquier otra industria nacional enojada, afirmó el reporte.
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