Luego de varios días de encuentros y debates celebrados en la capital de Sudán del Sur, activistas y académicos firmaron la Declaración de Juba, donde condenaron en términos enérgicos las sistemáticas y flagrantes violaciones de los derechos humanos cometidas y el saqueo de los recursos naturales saharauis.
Reclamaron a Marruecos que ponga fin de inmediato a sus acciones ilegales y se pronunciaron por el cese de la ocupación en los territorios de la República Árabe Saharuai Demócratica.
La solicitud de expulsión, está fundamentada en que esas acciones constituyen una violación de los artículos 3 y 4 del Acta Constitutiva de la UA y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, así como a los acuerdos de las Naciones Unidas relacionadas con el derecho inalienable del pueblo saharaui a la libre determinación y la independencia.
Instaron, además, a la organización regional a movilizar a todos los órganos normativos pertinentes para que desempeñen un papel proactivo con el fin de concluir el proceso de la descolonización del Sáhara Occidental, la última colonia de África.
Las organizaciones y organismos reunidas hicieron un llamamiento inmediato a Naciones Unidas para que agilice un referéndum de autodeterminación y asuma su plena responsabilidad con respecto al tema saharaui.
La Declaración de Juba pidió a los gobiernos africanos y a los sectores público y privado a imponer sanciones económicas y comerciales a Marruecos y someter al país ocupante a un boicot económico, académico y cultural, apegados a las normas del derecho internacional.
El 30 de enero de 2017 la Unión Africana aprobó la readmisión de Marruecos como estado miembro 32 años después de su salida en protesta por la admisión de la República Árabe Saharaui Democrática.
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