La Corriente Patriótica Libre y las Fuerzas Libanesas no intervendrán en la convocatoria del titular del Parlamento, Nabih Berri, sobre la posibilidad de lograr un entendimiento y la sesión de mañana va en el camino del fracaso como sucedió con las anteriores, según analistas.
El estancamiento del diálogo incidirá en la prolongación hasta el venidero año del vacío de poder y los libaneses celebrarán la Navidad en medio de una crisis política y el agravamiento de las condiciones de vida.
De acuerdo con el periódico Al-Joumhouria la décima sesión de responsabilidades para elegir al próximo jefe de Estado libanés será la última de 2022 y se espera el retorno al legislativo no antes del 10 de enero.
En este contexto, el presidente Berri y el primer ministro en el gobierno interino, Najib Miqati, abordaron ayer los desarrollos políticos y los resultados de su visita y reuniones en Arabia Saudita durante su asistencia a la primera Cumbre Árabe-China.
Sobre la ausencia de diálogo, el miembro del Bloque de Desarrollo y Liberación Qassem Hashem subrayó al diario Al-Anbaa que los opositores a un acuerdo se esconden detrás de titulares y consignas distantes de la comunicación y el consenso que requiere la etapa actual.
Por su parte, el diputado Wael Abu Faour indicó que el diálogo no contradice ni anula el mecanismo constitucional para la designación del presidente de la República y llamó a las fuerzas políticas a recapacitar y no obstruir la elección.
En esta línea de pensamiento, el coordinador del Movimiento de Resistencia Árabe, Sheikh Abdulsalam Al-Harash, pidió al Parlamento acelerar el proceso de designación del nuevo mandatario que represente la preocupación de la nación y cumpla con sus responsabilidades ante el pueblo.
Tras nueve sesiones parlamentarias, ningún candidato cuenta con el respaldo de la mayoría y el tablero político mantiene en el juego los nombres de Michel Moawad y Suleiman Franjieh, como los favoritos entre la comunidad cristiana maronita a ocupar el cargo de jefe de Estado.
Un grupo de partidos insisten en proceder con el representante Moawad, a quien el lado contrario considera una figura desafiante; mientras, las posiciones del jefe de la Corriente Patriótica Libre, Gebran Bassil, retrasan el nombramiento del líder del Movimiento Marada, Franjieh.
Desde el exterior, Naciones Unidas enfatizó en la urgencia de elegir sin demora al nuevo mandatario; en tanto, Francia, Estados Unidos, Arabia Saudita y Qatar mueven fichas en la escena local como tradicionales influyentes, precisaron expertos.
Ante esta situación, el secretario General Adjunto de Hizbulah, Naim Qassem, subrayó que la prioridad en el presente es designar al próximo jefe de Estado, capaz de respaldar un plan de rescate de la economía nacional, sin servir a Israel ni a Estados Unidos.
Líbano intenta elegir al presidente de la República número 14 después de la independencia, tras el fin de seis años de mandato de Michel Aoun, el pasado 31 de octubre.
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