En un mensaje en Twitter a propósito de la fecha, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, pidió impulsar un mayor apoyo internacional para las inversiones en los países de origen para garantizar que las salidas de las personas sea una opción, no una necesidad.
“No hay crisis migratoria; hay una crisis de solidaridad”, escribió el titular.
En esta semana un nuevo informe de Naciones Unidas llamó la atención sobre cómo a menudo los empleados extranjeros son deshumanizados y abogó por la instauración de medidas que garanticen sus derechos y dignidad.
El reporte titulado Queríamos trabajadores, pero llegaron seres humanos, señala cómo millones de habitantes abandonan sus países cada año bajo programas laborales temporales que prometen beneficios económicos, pero están obligados a vivir en residencias superpobladas e insalubres, sin poder pagar alimentos requeridos ni atención médica adecuada.
Independientemente de los motivos que obligan a las personas a dejar su tierra, estas aparecen entre los grupos más vulnerables y marginalizados de la sociedad y, con frecuencia están expuestos al abuso y la explotación, acotó Naciones Unidas.
Asimismo, tienen limitado acceso a servicios esenciales y deben enfrentar agresiones xenófobas y la estigmatización inducidos por la difusión de desinformación.
Pese a ello, dichos grupos demostraron ser fuente de prosperidad, innovación y desarrollo sostenible para los países de origen, de tránsito y de acogida, mientras sus contribuciones a través de las remesas ofrecen una cuerda salvavidas para las familias, agregó la fuente.
Según estimaciones, debido a la persistente falta de vías seguras y regulares para los desplazamientos, millones de personas siguen emprendiendo viajes peligrosos cada año y, desde 2014, más de 50 mil migrantes perdieron la vida en rutas en todo el mundo.
Un reporte de la Organización Internacional para las Migraciones alertó que “estos decesos representan solo una parte del verdadero total, pues ningún Estado publica actualmente cifras sobre ello”.
De igual forma subraya que a pesar del creciente impacto del flagelo, poca acción tomaron los gobiernos en los países de origen, tránsito y destino.
La Asamblea General de la ONU proclamó en el 2000 el Día Internacional ante el aumento de los flujos migratorios, fecha utilizada para difundir información sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de esas personas.
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