Por María Julia Mayoral
Corresponsal jefa en Angola
Los cómputos de la Comisión Nacional Electoral (CNE), avalados por el Tribunal Constitucional, señalaron el triunfo del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), con el 51,17 por ciento de los sufragios válidos emitidos.
De tal forma, el partido en el poder aseguró la continuidad al frente del Ejecutivo, así como 124 de los 220 escaños de la Asamblea Nacional (congreso unicameral) para un mandato de cinco años.
Con ocho fuerzas políticas contendientes, la mejor posicionada después del MPLA fue la opositora Unita, al alcanzar el 43,95 por ciento de los votos, con lo que aseguró 90 asientos en el Parlamento.
En un reciente evento en Luanda, el presidente de la República y del MPLA, João Lourenço, expresó que el voto de confianza en las urnas debe expresarse en “más audacia y perspicacia” en la búsqueda de soluciones para los problemas de la población.
Asimismo, exige mejorar la interacción y la comunicación con los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil, las iglesias, los empresarios y otras instituciones, agregó el dignatario 1 de diciembre en la octava edición del Foro de Municipios y Ciudades de Angola (FMCA).
La interrelación, explicó, debe servir para acoger ideas e iniciativas que contribuyan a garantizar la paz social y el desarrollo económico y social de las comunidades.
LAS AUTARQUÍAS
Uno de los desafíos institucionales del país radica en la gobernabilidad local, ante la necesidad de responder a las necesidades y prioridades reales de las provincias y municipios.
Los organismos de la administración central del Estado deben enfocarse cada vez más en la propuesta, el diseño y la fiscalización de políticas públicas y la capacitación de los entes locales para ejecutarlas, y limitarse a dirigir solo aquellos proyectos cuya dimensión y complejidad así lo justifiquen, indicó el presidente.
Al decir de Lourenço, llegó el momento de implementar una efectiva desconcentración administrativa y financiera, que transforme a los municipios en el centro del desarrollo nacional.
Dicho proceso debe convertirse en “una antesala confiable y segura para la institucionalización del poder local autárquico”, manifestó el dignatario ante el mecanismo consultivo del FMCA.
Según opinó, el principal instrumento en el que debe reflejarse la desconcentración administrativa y financiera debe ser el Presupuesto General del Estado; así ocurrirá en el concerniente a 2023 y en los años siguientes, aseveró.
La descentralización de facultades en el orden financiero, razonó, es una condición indispensable para que los municipios tengan capacidad real de responder a las necesidades de los ciudadanos y las empresas.
Además, los territorios no deben circunscribirse a esperar por los ingresos provenientes de la Administración Central, sino promover un desarrollo local efectivo, brindar mejores servicios y crear condiciones para atraer inversión privada, orientó el jefe de Estado. Todavía no está definida la fecha en que Angola creará las autarquías a partir de la convocatoria a elecciones con tales fines; por el momento, hay un grupo de leyes para sustentar el proceso de institucionalización del poder local y otras están pendientes de discusión final en el Parlamento.
Por su parte, el Ejecutivo presentó a inicios de diciembre de 2022 un anteproyecto de ley a fin de establecer una nueva división político-administrativa, bajo el supuesto de fortalecer el papel del municipio como unidad primaria de organización del territorio y escenario para la solución de problemas directos de sus habitantes.
La iniciativa jurídica propone un número de municipios muy superior a los 164 actuales, “lo que nos parece recomendable teniendo en cuenta la gran extensión del territorio nacional y las proyecciones de crecimiento poblacional”, juzgó Lourenço.
Los ciudadanos, agregó, “demandamos más y mejores servicios, y es nuestro deber y obligación, como servidores públicos, entender sus legítimas aspiraciones y adaptar nuestro estilo de trabajo y organización para responder mejor a los desafíos, buscando soluciones a los diferentes problemas”.
OPTIMISMO MACROECONÓMICO
Conforme a los cálculos oficiales, Angola logró revertir los profundos desequilibrios macroeconómicos internos y externos existentes a fines de 2017.
A partir de 2018, las finanzas públicas, que acumulaban sucesivos déficits presupuestarios, retomaron la senda de los saldos fiscales positivos, con excepción del 2020, por efecto de la pandemia de la Covid-19.
En 2021, el saldo presupuestario global volvió a ser positivo, en torno al 3,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras el saldo primario fue equivalente al nueve por ciento, reveló un análisis presentando ante el Parlamento.
El PIB creció 0,7 por ciento en 2021, como resultado del aumento del sector no petrolero (6,4 por ciento), y se estima que este año la economía logre una expansión de 2,7 puntos porcentuales, expuso Lourenço en su mensaje sobre el Estado de la Nación, al inicio de la nueva Legislatura de la Asamblea Nacional.
Durante un foro empresarial en Oslo, la capital de Noruega, Lourenço dijo en noviembre de 2022 que Angola desarrolló con éxito un programa de estabilización macroeconómica que permitió equilibrar las cuentas fiscales, reducir las tasas de inflación, normalizar el mercado cambiario y estabilizar el nivel de las reservas internacionales del país.
Este Programa culminó en diciembre de 2021 y contó con el apoyo financiero y técnico del Fondo Monetario Internacional, basado en un Programa de Financiamiento Ampliado, explicó.
Finalmente, comentó, Angola salió en 2021 de un largo período de recesión económica. “Esto se logró gracias al fuerte crecimiento del sector no petrolero”, con énfasis, detalló, en agricultura, ganadería, pesca, industria manufacturera, industria diamantífera, comercio, construcción, transporte y otros servicios.
Con miras a fortalecer el papel del sector privado en la economía nacional, desde 2019 “venimos desarrollando un vasto programa de privatización de activos que antes pertenecían al Estado”, manifestó. Ya fueron concluidos 94 procesos de privatización, en un programa que involucra más de 150 activos en las esferas de telecomunicaciones, agricultura, servicios financieros, hotelería y turismo, industria, distribución de combustibles y varias participaciones en la empresa petrolera nacional, Sonangol, precisó.
La iniciativa, confirmó, también prevé, cuando se considere oportuno, la privatización parcial de Sonangol, Endiama y la TAAG, empresas de gran referencia en Angola en los dominios de hidrocarburos, diamantes y transporte aéreo, respectivamente.
LAS DESIGUALDADES SOCIALES
Estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Iniciativa sobre Desarrollo Humano y Pobreza de la Universidad de Oxford, advirtieron que alrededor de la mitad de los angoleños vive en situación de pobreza multidimensional.
El pasado 11 de noviembre, en ocasión del aniversario 47 de la independencia nacional, el ministro de Administración Territorial, Dionísio Manuel da Fonseca, patentizó la decisión de perfeccionar los planes sectoriales de desarrollo con vistas a reducir las desigualdades sociales.
Las acciones inscritas en dichos planes sectoriales serán incluidas en el Presupuesto General del Estado de cada año, cuya aprobación corresponde a la Asamblea Nacional, acotó el funcionario.
La aspiración, recalcó, es elevar el índice de desarrollo humano, mediante el aumento del número de escuelas, postas, centros de salud y hospitales municipales, el abastecimiento de agua y electricidad y el saneamiento básico.
Datos oficiales sostienen que el Programa Integrado de Intervención en Municipios (PIIM), iniciado en 2019, incorporó hasta el momento más de dos mil 600 proyectos, de los cuales 869 están concluidos y 669 poseen una ejecución física superior al 70 por ciento.
El PIIM “ha sido una verdadera escuela de aprendizaje de valores para las administraciones municipales, en cuanto al rigor de la ejecución presupuestaria”, evaluó el presidente de la República.
En la actualidad, anunció, el Ejecutivo busca soluciones de financiamiento para la II Fase del PIIM, la cual estará más enfocada al fomento de infraestructuras de apoyo a la producción local y al desarrollo urbano.
A juicio del gobernante, los programas de combate a la pobreza y de fortalecimiento de la protección social (Kwenda) constituyen también referentes de cómo combatir situaciones de vulnerabilidad social y promover el desarrollo local.
Kwenda, apuntó, no debe verse como un mero programa de asistencialismo estatal; la práctica demuestra, afirmó, que los beneficiarios invierten parte del dinero de las transferencias monetarias en pequeños negocios.
Avanzar en la solución de los problemas del pueblo significa honrar la confianza expresada en las urnas; así podría sintetizarse uno de los principales retos de Angola al cierre de 2022.
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