En los últimos días la divisa estadounidense se situó en su valor nominal más bajo desde el inicio del actual gobierno (marzo 2020).
En el último año el dólar acumula aquí una caída del 13 por ciento, a despecho de lo que ocurrido en otras latitudes donde registró incluso fortalecimiento histórico.
Tal situación hizo que el peso uruguayo resultara entre las monedas que más se apreció frente al dólar a nivel internacional. Una de las causas que se argumentan aquí es el accionar reciente del Banco Central del Uruguay (BCU) con el aumento sistemático de la tasa de interés.
Se trata de una política que pretende quitar presión a la demanda interna y contener la subida de precios, la inflación.
Pero tal práctica no genera consenso, mucho menos la visión (oficialista) de que el valor del dólar refleja la fortaleza de la economía nacional.
Del otro lado hay cuestionamientos por el desnivel creciente de los costos en dólares de Uruguay respecto a su valor de equilibrio, y el impacto que comienza a tener en el sector productivo.
Hace unos días la Unión de Exportadores emitió un comunicado en el que manifestó su preocupación por el encarecimiento del país y el deterioro de la competitividad por el tipo de cambio.
También reclamó “modificar el rumbo de la política monetaria que viene llevando adelante el BCU”.
En el plano turístico, tras el levantamiento de las restricciones por la Covid-19 se anuncian números récord de atraques de cruceros, sobre todo en Montevideo y Punta del Este.
Pero para el mercado natural uruguayo, dígase visitantes argentinos y brasileños, este país está más caro que otros destinos.
mem/ool