El estudio, encargado por el gobierno de este país, denuncia el exceso de subvenciones públicas en el consumo y la producción de fuentes de energías que perjudican al clima.
La mayor parte de estas ayudas (un 61 por ciento del total), calificadas por WIFO de contraproducentes para el clima, se desarrollan en el sector del transporte.
De manera concreta, el informe detalla que Austria continúa subvencionando el diésel, ofrece exenciones para ciertos vehículos y bonifica a las personas que viajan en coche particular a sus puestos de trabajo.
Asimismo, la investigación señala que el resto de las ayudas están distribuidas en la producción y el consumo de energías no renovables, como la generación de energía eléctrica con combustibles fósiles.
Al respecto, la organización medioambiental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) remarcó en un comunicado que el nivel de estas iniciativas dañinas con el clima es, en realidad, más elevado todavía y exigió que el actual gobierno austríaco reaccione.
WWF instó a Austria a reformar y reducir las subvenciones en el sector energético, e invertir dichos fondos de forma más social en medidas de ahorro energético y en beneficio de la protección del clima.
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