Respecto a la designación de Alckmin, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) explicó en el capitalino Centro Cultural Banco de Brasil que buscó a un empresario para ese puesto, pero no convenció a ninguno y entonces escogió a quien será «uno de los mejores ministros» de su administración.
Por orden, el extornero mecánico mencionó a Alexandre Padilha (Relaciones Institucionales), Márcio Macedo (Secretaría General), Jorge Messias (Abogado General de la Unión), Nísia Trindade (Salud), Camilo Santana (Educación), Esther Dweck (Dirección) y Márcio Francia (Puertos y Aeropuertos).
También colocó a Luciana Santos (Ciencia y Tecnología), Cida Gonçalves (Mujeres), Wellington Días (Desarrollo Social), Margareth Menezes (Cultura, ya había sido anunciada), Luiz Marinho (Trabajo), Anielle Franco (Igualdad Racial), Silvio Almeida (Derechos Humanos), Geraldo Alckmin (Industria y Comercio) y Vinícius Carvalho (Contraloría General de la Unión).
El 9 de diciembre Lula anunció los cinco primeros nombres de ministros del Gobierno que asumirá el 1 de enero.
Fueron elegidos en aquella ocasión el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, para Hacienda; el gobernador de Bahía, Rui Costa, para la Casa Civil; José Múcio Monteiro, en Defensa; el senador electo Flávio Dino, en la Justicia; y el embajador Mauro Vieira como nuevo canciller.
Recientemente, el exsindicalista apuntó que la base de las carteras (serán 37) resulta la misma que cuando dejó el mandato, en 2010, añadiendo el Ministerio de los Pueblos Originarios.
Insistió una vez más en tener compromiso con el crecimiento económico del país y la reanudación del empleo.
Para el extornero mecánico, el trabajo que el equipo de transición hace resulta minucioso.
Coordinado por Alckmin, ese staff fue dividido en 31 grupos técnicos.
En la primera ronda de sufragio del 2 de octubre, el aspirante al poder por el PT ganó con 48,43 por ciento de los votos válidos, mientras que el mandatario Jair Bolsonaro, quien codiciaba reelegirse por el Partido Liberal, tuvo 43,20 por ciento.
Como ninguno de los políticos logró en ese pleito la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación para ser electo, disputaron el balotaje.
De manera muy cerrada, Lula volvió a triunfar en el segundo turno del 30 de octubre con un 50,90 por ciento frente al 49,10 del exmilitar, quien se acogió al silencio tras el fracaso electivo.
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