Datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirman que el registro no avanza al ritmo esperado con un poco más de ocho millones de personas, casi un millón por debajo de la meta propuesta hasta el 26 de marzo venidero, cuando cierra el padrón.
El 20 de enero de 2023, el TSE debe realizar la convocatoria a comicios generales para el 25 de junio, ocasión en que la población irá a las urnas para elegir presidente y vicepresidente, diputados al Congreso de la República y al Parlamento Centroamericano, así como las corporaciones municipales.
Analistas apuntan que la situación actual es reflejo de la incapacidad de los partidos políticos y de sus ofertas electorales en función de las necesidades de la ciudadanía.
En opinión de Rubén Hidalgo, director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos, es casi improbable que se alcance la meta de empadronamiento y señala entre las principales causas a las viejas prácticas partidarias.
Esto significa utilizar a la ciudadanía en el proceso electoral y una vez en los puestos para los que fueron candidatos, no responden a sus problemas, explicó.
Sin embargo, esto no libera del todo de responsabilidad al TSE, pues las campañas de sensibilización son débiles, poco dinámicas y atractivas para despertar el interés de los guatemaltecos, detalló Hidalgo.
Similar opinión mantiene José Echeverría, del Movimiento Cívico Nacional, quien recordó que a la fecha no se hizo una reforma electoral para facilitar la participación política, además de la desconexión existente entre partidos y ciudadanía.
La situación más crítica continúa en el extranjero, donde únicamente hay 80 mil 610 inscritos y se podría repetir el fiasco de 2019, cuando solo participaron 734 connacionales de 63 mil 695 empadronados, la mayoría en Estados Unidos.
Entonces, por primera vez los migrantes podían emitir su voto en las urnas y existe el temor de que 2023 marque un nuevo fracaso.
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