En la última semana del año y tras casi dos meses de vacío de poder, el miembro del Consejo Central de Hizbulah, Sheikh Nabil Qaouk, enfatizó en que no es el momento para el desafío y la confrontación a la luz del agravamiento de la crisis económica, financiera y social del país.
La autoridad de la Resistencia islámica insistió en la necesidad de evitar peleas y ajustes de cuentas políticas, así como el servilismo a dictados externos que no producen una solución y aumentan las problemáticas de vida y la etapa de vacancia presidencial.
El representante de Hizbulah puntualizó que los cálculos extranjeros constituyen una apuesta para incrementar el colapso, asfixiar a los libaneses e imponer sus condiciones políticas, y en este sentido, subrayó las vías del diálogo y el consenso interno como las más efectivas en beneficio del interés nacional.
A propósito de este escenario, el jefe del bloque parlamentario Lealtad a la Resistencia, Muhammad Raad, manifestó que arruinan al país la angustia política, los intereses egoístas, fraccionales y personales, así como el odio, el fanatismo y el racismo que impulsan a algunos funcionarios en sus posturas.
El diputado resaltó que el camino más corto para elegir al próximo jefe de Estado requiere características diferentes, lejos de la lógica de gobernar a través del dinero de tal o cual nación.
Sobre este tema, Raad pidió distinguir entre un enemigo y un amigo para construir un Estado en Líbano, sin financiamiento del exterior y mediante la cooperación de todos los ciudadanos.
El vicepresidente del Consejo Supremo Islámico Chiita, Sheikh Ali Al-Khatib, llamó a adherirse a los valores de la verdad, la justicia, el honor y la dignidad humana, y el enfrentamiento a la injusticia y la agresión.
Al-Khatib repudió cualquier intento de hipotecar el destino de la nación al juego internacional en hostilidad hacia la resistencia y el apoyo a un candidato del desafío y la confrontación. En esta línea de pensamiento, el diputado Hani Qubeisi denunció las posiciones de algunos políticos que buscan sembrar el caos para destruir la patria, el Estado y sus instituciones.
Ante este panorama, el parlamentario reiteró el llamado al diálogo como la solución para designar al nuevo mandatario y formar un gobierno, capaz de establecer un plan de rescate y estabilidad.
Tras 10 sesiones fracasadas en el órgano legislativo, ningún candidato logró la mayoría absoluta de 65 votos y Líbano despedirá 2022 sin presidente de la República, en medio de su cuarto vacío constitucional después de la independencia.
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