Las soluciones surgidas a fines del mes pasado de la reunión entre el Ministerio de Educación, los servicios sociales, los padres, los profesores y nuestro órgano surtieron efecto, declaró a la prensa la autoridad.
La escalada nos obligó a adoptar objetivos a corto y largo plazo para frenar la frecuencia de los incidentes y erradicarlos, por lo cual la situación se redujo al mínimo, subrayó Rodney.
Desde el inicio del curso escolar en septiembre último se registraron al menos seis incidentes de violencia entre jóvenes, algunos de los cuales provocaron heridas graves a los estudiantes, aunque sin saldo mortal.
El Gobierno divulgó la intención de trabajar con el personal necesario para frenar la prevalencia de los ataques y devolver a la nación una apariencia de paz, mientras indicó que planea reformar la legislación actual.
Antigua y Barbuda, al norte de las Antillas Menores con cerca de 93 mil habitantes, tiene en la violencia algo profundamente arraigado, hasta el punto de que es legal infligir castigos corporales no solo en el hogar, sino en todas las instituciones relacionadas con el desarrollo de los niños.
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