La previsión es que el excapitán del Ejército pase por un período de vacaciones en Estados Unidos. Inicialmente, debe permanecer fuera del país durante al menos tres meses.
Por ocupar la presidencia hasta el 31 de diciembre, Bolsonaro podrá viajar en avión oficial de la Fuerza Aérea Brasileña, pero el retorno debe ocurrir en aeronave comercial o privada.
Medios periodísticos, que citan a círculos cercanos al exmilitar, aseguran que llegó a decir a aliados que pretendía viajar a un lugar en el cual hubiera pocos brasileños y no fuera molestado por los próximos meses.
Sin embargo, por cuestiones de logística y de alojamiento, decidió pasar un primer período en el estado norteamericano de Florida, pudiendo trasladarse a otros destinos en venideras semanas.
Antes de partir, siempre según las mismas fuentes, se aconsejó a Bolsonaro que emitiera este miércoles una especie de «último discurso a la nación». De acuerdo con el portal UOL, el consejo de auxiliares es para que agradezca de nuevo a los 58 millones de votos conquistados en la segunda vuelta de sufragio del 30 de octubre, en la que perdió ante Lula.
Asimismo, manifestar que a partir de 2023 trabajará en la oposición al gobierno del exdirigente obrero.
El timonel del Partido Liberal, Valdemar Costa Neto, insiste en la necesidad de que Bolsonaro, rostro de la organización política y quien se acogió al silencio después del fracaso en urnas, rompa ese mutismo antes de dejar el poder.
Lula tomará posesión a principios de la tarde del domingo y con la decisión de Bolsonaro de salir del país, no habrá el habitual acto de paso de la banda del presidente anterior para quien asume el cargo.
Pero la tradición debe ocurrir de todos modos, de manera simbólica.
Analistas indican que como el gigante suramericano tiene una historia política marcada por golpes, renuncias e impeachments (destituciones), no siempre el nuevo jefe de Estado tomó la faja de su predecesor.
En los últimos años, cinco de ocho presidentes de Brasil recibieron la cinta, en los colores verde y amarillo, con detalles en oro de 18 quilates y 21 brillantes, de quien dejaba la principal silla de Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo en esta capital.
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