Será también en sesión extraordinaria de esa cámara, que la víspera aprobó en lo general la iniciativa propuesta por el gobierno y a la cual se opone, en minoría, el opositor Frente Amplio (FA).
Fueron 11 horas de discusión, en la que se dejaron escuchar voces de protesta de representantes del FA, de la central de trabajadores PIT-CNT, y de movimientos sociales, quienes fueron desalojados de las barras del recinto senatorial.
El senador del oficial Partido Nacional, Sergio Botana, defendió los cambios del proyecto bajo el argumento de que el actual sistema de jubilación tiene problemas de financiamiento, agravados por la baja natalidad y el aumento de expectativa de vida de los uruguayos.
Tal situación hace insostenible el pago de jubilaciones y pensiones a mediano y largo plazo, sostuvo el legislador.
Con la reforma, indicó, el déficit se limitará al 1,8 por ciento del Producto Interno Bruto. Aseguró que los nuevos jubilados cobrarán más y lo harán por mayor tiempo.
Pero el Frente Amplio presentó una visión totalmente contraria, según análisis argumentado por la senadora Silvia Nane.
En sintonía con la central trabajadora, el FA sostiene que el plan de gobierno es aumentar la edad de retiro y reducir las prestaciones, amén de beneficiar a las administradoras privadas.
Serán los más pobres los más perjudicados, dijo Nane.
La reforma eleva a 65 años la edad de retiro, aunque la senadora mencionó un estudio del Centro de Investigaciones Económicas según el cual a los 70 años una de cada tres personas no consigue acumular 30 años requeridos por la iniciativa gubernamental.
Entre hoy y mañana será votado el articulado del proyecto, sobre el que el partido Cabildo Abierto, en la coalición oficial, mantiene discrepancias y «serias dudas».
La batalla legislativa continuará en la Cámara de Diputados el año entrante.
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