Los festejos suspendidos son los del Muelle Vergara y Reñaca Bajo, en el borde costero, que tenían asignado un presupuesto de 126 millones de pesos (145 mil dólares).
El objetivo de la municipalidad es destinar esos recursos a la reconstrucción y ayuda a los damnificados.
El incendio dejó un saldo de dos personas fallecidas, 67 lesionadas, 280 viviendas afectadas y 111 hectáreas devoradas por las llamas.
Según un catastro realizado por el Ministerio de Desarrollo Social, de los inmuebles dañados, más del 90 por ciento fueron destruidos en su totalidad.
El gobierno chileno entregó un bono por un millón 500 mil pesos, equivalentes a mil 700 dólares, a las familias damnificadas por el siniestro.
En estos momentos se trabaja en la recogida de escombros y la rehabilitación de las zonas afectadas, en temas básicos como agua, baños y luminosidad.
La tragedia sacó a la luz el grave problema habitacional y las brechas sociales en la llamada Ciudad Jardín, donde muchas personas viven en barrios lujosos y acomodados, mientras en las zonas de los cerros hay familias que residen en campamentos y sin acceso a servicios básicos.
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