En entrevista concedida al diario Página 12, el hombre de 47 años aseguró que este miércoles fue un día de emociones y afirmó que está cerrando una etapa de su vida para abrir otra con la identidad correcta.
La víspera, la presidenta de esa organización, Estela de Carlotto, confirmó el hallazgo del hijo de Mercedes del Valle, quien fue detenida y desaparecida en 1976, en la provincia de Tucumán.
Cuando era más joven encontré documentos de identidad distintos y apareció la duda sobre mi origen por lo que empecé las averiguaciones con las Abuelas. Hasta el momento solamente fueron restituidos los restos de mi madre y todavía faltan los de otros miembros de la familia, explicó Juan José.
Además, señaló que entregar sus muestras de sangre al Banco de Datos Genéticos permitió acelerar el proceso, encontrar a su progenitora en el Cementerio Norte de Tucumán y darle la sepultura adecuada.
Ella fue secuestrada en Monteros a los 21 años. Yo tenía unos 10 meses y quedé en la cama con los documentos. Fue una adopción totalmente fraudulenta, indicó.
Además, apuntó que ahora comienza la búsqueda de su verdadero padre.
Deseo tener la paciencia para seguir esperando. A veces, la ansiedad juega un poco en contra, pero si tienen dudas, averigüen. Recuperar la identidad es lo mejor que hay. Si ya están en ese proceso y se sienten estancados, no pierdan las esperanzas. La verdad siempre llega, aseveró.
De acuerdo con un comunicado de las Abuelas, Juan José inició las acciones para conocer su origen real en 2004, luego del fallecimiento de quienes consideraba sus padres.
Después de conocer su filiación materna, dejó su perfil genético en el Equipo Argentino de Antropología Forense con la intención de encontrar sus restos.
Sus abuelos Toribia Romero y José Ramón Morales, así como sus tíos José Silvano, Juan Ceferino y Julio César también fueron detenidos y todavía se desconoce su paradero.
Hace una semana, el 22 de este mes, las Abuelas anunciaron el hallazgo del hijo de Lucía Ángela Nadín y Aldo Hugo Quevedo, también desaparecidos durante el régimen dictatorial.
Tras el golpe de Estado de 1976, el régimen militar instaurado detuvo, torturó y asesinó a 30 mil argentinos y centenares de pequeños fueron secuestrados con sus padres o nacieron durante el cautiverio.
En la antigua Escuela de Mecánica de la Armada, Campo de Mayo, Pozo de Banfield y otros centros de exterminio funcionaron maternidades clandestinas y 500 niños fueron separados de sus madres. Algunos de ellos fueron entregados a familias de militares, otros abandonados o vendidos.
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