Estos elementos traspasaron sus fronteras para situar a la cinematografía de la vasta nación en los ojos de avezados de occidente y hasta neófitos en la materia, y como consecuencia, una fecha para encomiar esa área de las artes.
Los fanáticos de aquel lado del mundo y público en general son, en definitiva, los protagonistas de que se celebre el 30 de diciembre el Día Internacional del Cine Indio con el objetivo de difundir las obras de diversos géneros.
Una encuesta a un grupo de cinéfilos arrojó un simple resultado: conmemorar la ocasión cerca de un festivo internacional.
Primero, los apasionados espectadores indios pensaron en el 31 de diciembre, pero al ser tan cercano al año nuevo prefirieron adelantarlo y no chocar con una efeméride tan reconocida como es la Nochevieja.
El comienzo de toda esa carrera del séptimo arte tiene su origen en las postrimerías del siglo 19 cuando los hermanos Lumiére aportaron su técnica y presentaron proyecciones en Bombay en 1896.
La industria fílmica india, la más grande en el mundo, también desplegó desde sus inicios una gran red, tanto de salas, como de potenciales espectadores, aunque en los últimos tiempos la asistencia a esos recintos decreció y llevó a los productores a adoptar reformas internas.
Cuando se transita a través de la filmografía de ese país del sur de Asia, se piensa en la religión, en los problemas familiares, en la mitología, en la música india con su amplia gama de estilos regionales o en la vestimenta tradicional, se trata de una muy influyente empresa en esa esfera con centro en Bombay, la ciudad más poblada del país
La jornada también rinde homenaje al productor, director y guionista Dadasaheb Phalke (1870-1944), considerado el padre del cine de la India, y en su honor el Gobierno instituyó en 1969 un premio con su nombre.
Actualmente es el mayor lauro otorgado en el país por la contribución que realizó Phalke al cine durante toda una vida.
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