Según un comunicado de la pinacoteca londinense, el presidente del patronato del Museo Británico, George Osborne, autorizó la repatriación de las piezas del famoso templo de la Acrópolis, lo que permitirá resolver la disputa entre ambos países, cuyo origen se remonta a más de dos siglos.
Sin embargo, las leyes británicas impiden que los museos entreguen antigüedades conservadas en sus fondos, por lo que el contrato negociado con los funcionarios helenos sería de un préstamo, mediante el cual los mármoles del Partenón viajarían de Londres a Atenas a cambio de que tesoros de la Antigua Grecia se transfieran de la misma forma a ese centro cultural de Londres.
Se estima que el convenio no pondría fin al largo diferendo sobre estos mármoles, ya que Grecia desea obtener la total propiedad legal de sus tesoros culturales de dos mil 500 años de antigüedad. Atenas considera que solo una transferencia total terminaría con el desacuerdo, desde que Grecia se independizó en 1832.
El Gobierno griego ha reclamado estas piezas tomadas por Thomas Bruce, séptimo conde de Elgin, a principios del siglo XIX, cuando era embajador ante el Imperio Otomano, con el objetivo de recuperar los más de 75 metros del friso del Partenón, así como las esculturas de los tímpanos.
El funcionario vendió la colección al gobierno inglés en 1816 y transfirió su titularidad al Museo Británico.
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