El Estado dejará de inyectar cerca de 30 millones de dólares estadounidenses anuales al sector y ello daría paso al proceso de transición, declaró a la prensa el ministro de Agricultura y Seguridad Alimentaria, Indar Weir.
Primero arrancaríamos con el programa de derechos de los empleados y luego también con acciones a disposición del público, detalló el titular.
Por última vez concedimos a la Barbados Agricultural Management Company Ltd. una subvención de 10 millones de dólares estadounidenses y aportamos unos 17 millones a través de la fábrica Portvale para la compra de cañas, aseveró.
La industria azucarera de esta isla caribeña sufrió un duro golpe a inicios del presente siglo cuando el coste de la producción aumentó y el precio del dulce cayó en picada en el mercado internacional.
Tal situación provocó un efecto menguante del rubro y, en consecuencia, el cierre de ocho de las 10 fábricas. Actualmente solo entran en operaciones Portvale Sugar Factory, en la parroquia de St. James, y Andrews Sugar Factory, en la de St. Joseph.
La zafra de 2008 concluyó con unas 31 mil 600 toneladas de azúcar producidas, dos mil 300 menos que las de 2007, mientras el año pasado la cifra quedó en cinco mil 200, ya prácticamente para satisfacer el consumo interno y la demanda del turismo.
Barbados encontró ayuda en varios acuerdos y convenios con Reino Unido y Unión Europea (UE), que aceptaron el azúcar a precios preferenciales, pero últimamente redujeron drásticamente el valor dispuesto a pagar para proteger a su remolacha azucarera.
La nación, de casi 300 mil habitantes, es la más rica y desarrollada del Caribe oriental, con una de las mayores rentas per cápita de América, centrada en las finanzas y los servicios, el comercio al por mayor y al por menor así como la industria de los viajes.
El Ministerio de Agricultura, antes espina dorsal de la economía fundamentalmente por su producción azucarera, enfoca sus acciones sobre un Plan de Seguridad Alimentaria.
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