Si en los primeros tres días de este año, ya ese cuerpo policial contabilizaba dos muertos en siniestros de tránsito vinculados con personas que viajaban en motocicleta, el año pasado cerró con 230 fallecidos que se trasladaban en ese tipo de vehículo, lo que representó un 47,5 por ciento de los 484 perecidos en el sitio del suceso vial.
En un balance de 2022, la Policía de Tránsito refiere que ese porcentaje es inferior al de 2021, cuando de las 365 víctimas fatales en accidentes de carreteras, 184 fueron personas que viajaban en motocicleta, para un 50 por ciento. Pero, sostiene, las 230 víctimas fatales del año pasado constituyen la mayor cifra absoluta de la historia.
El reporte precisa que esa es la mayor cantidad registrada de personas fallecidas en una motocicleta y el más alto desde que en el 2014 ese medio de transporte se convirtió en el vehículo más mortal en carretera por año.
Precisa que diciembre pasado fue el mes con más muertes en motocicleta, con 27 casos, casi el doble de los de noviembre, cuando se reportaron 14, y superior a los 25 decesos registrados en marzo del año anterior.
El director de la Policía de Tránsito, Alexander Solano, señaló que empezamos el 2023, en tres días, con dos fallecidos en este tipo de vehículo, de ahí nuestra preocupación y nuestro llamado, para que asumamos conductas más adecuadas, sea como motociclistas, o ciclistas, así como conductores de otros vehículos.
Las estadísticas oficiales reflejan además que el exceso de velocidad se consolidó como la principal causa de muerte en carretera, con 192 fallecidos en 2022, un 40 por ciento de los 484 perecidos, y muy por encima de los 80 reportados en 2021.
Detrás de esa causa se ubicaron la invasión de carril, con 87 muertes, e imprudencia del peatón (64).
Solano resumió que en 2022 predominaron conductas muy peligrosas en carretera, lo cual atribuyó a la eliminación de las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19 en 2020 y 2021.
Esa ‘libertad’, afirmó el jefe policial fue mal canalizada en conductas como el abuso de la velocidad o la conducción bajo los efectos del alcohol, que sumó 27 decesos en 2022, siete más que en 2021, un incremento del 35 por ciento.
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