De acuerdo con un análisis publicado este viernes por el sitio especializado QuiFinanza, los costos de endeudamiento en esta nación aumentaron significativamente desde que el BCE comenzó a subir sus tasas en el verano de 2022, que pasaron del 0,5 al 2,0 por ciento en solo seis meses.
De esta forma, el rendimiento de los bonos a 10 años superó el 4,6 por ciento la semana pasada, casi cuadruplicando su nivel del año anterior, y 2,1 puntos porcentuales por encima del rendimiento equivalente de los bonos alemanes, agrega el informe.
Italia es considerado en estos momentos por los analistas, como el país de la eurozona con mayor riesgo de venta masiva en sus mercados de bonos gubernamentales.
La primera ministra, Giorgia Meloni, manifestó recientemente que “sería útil que el BCE manejara bien su comunicación, de lo contrario corre el riesgo de no generar pánico sino fluctuaciones en el mercado, que frustren los esfuerzos que están haciendo los gobiernos”.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y vicepresidente del gobierno italiano, Antonio Tajani, expresó que era correcto criticar las medidas aprobadas por la presidenta de ese banco regional, Christine Lagarde, porque “dañan el crecimiento económico, con repercusiones en los mercados y las familias”.
“Siempre he sido muy escéptico sobre la decisión de subir las tasas en Europa”, dijo Tajani en una entrevista con la televisora RAI, y argumentó que la inflación en el denominado Viejo Continente se debe en gran parte a un factor externo, la guerra en Ucrania.
El también vicepresidente italiano y ministro de Infraestructura, Matteo Salvini, definió el comportamiento de esta institución bancaria como “increíble, desconcertante y preocupante”.
El BCE dio a conocer en los últimos días que seguirá subiendo tipos con incrementos de medio punto porcentual en los próximos meses a la vez que publicó un nuevo esquema de compra de bonos, diseñado para hacer frente a un aumento injustificado en los costos de endeudamiento de un país.
En tal escenario el gobierno italiano intenta mantener en orden las cuentas de esta nación, para lograr que el déficit del Producto Interno Bruto (PIB) baje del 5,6 por ciento en 2022 a 4,5 puntos porcentuales en 2023, así como a 3,0 en 2024.
El problema que enfrenta la economía de Italia, según los especialistas citados por QuiFinanza, es su vulnerabilidad a una liquidación en los mercados de bonos, lo cual se suma al hecho de que la deuda pública es una de los más altas de Europa, de casi un 14,0 por ciento del PIB.
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