Recordó que este indicador llegó al 99,1 por ciento del tamaño de la economía en 1987, se mantuvo por encima del 50 por ciento durante los gobiernos neoliberales, y solo disminuyó al 28,2 por ciento con la llegada al poder en 2006 del exmandatario Evo Morales.
En noviembre de 2019, cuando ocurrió el golpe de Estado de las fuerzas conservadoras, el endeudamiento de Bolivia rondaba los 27,4 puntos porcentuales, según un gráfico mostrado por el titular durante una entrevista en el canal Bolivia TV.
Sin embargo, en la gestión del régimen facto de Jeanine Áñez (2019-2020) volvió a escalar este indicador hasta el 33 por ciento, explicó Montenegro.
Añadió que se “ha reducido en el gobierno del presidente Luis Arce a 29,9 por ciento, ¿eso qué significa?, que hay un manejo adecuado del endeudamiento externo”.
Destacó el ministro que esta situación le permite a Bolivia concurrir a los mercados de capital, donde los organismos multilaterales le otorgan créditos porque tiene movimiento económico, capacidad de producción y generación de ingresos.
Reportes de Economía y Finanzas precisan que según informes mensuales sobre la deuda pública externa del Banco Central en 2021, alrededor del 70 por ciento de este compromiso es con organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo y el de Desarrollo de América Latina, principalmente.
El ministerio refiere que ese elemento cualitativo es importante porque esos organismos no conceden préstamos que no tengan como destino la inversión, exigencia que se cumple en el Estado Plurinacional.
Adicionalmente, diferentes organismos evalúan previamente el desempeño macroeconómico del país solicitante antes del desembolso de esos empréstitos.
Todos los estudios efectuados -agrega la cartera- reflejan el buen comportamiento de las variables económicas de Bolivia, es decir, el Estado Plurinacional se muestra solvente en materia de deuda ante el resto del mundo.
Las autoridades bolivianas advierten que la implementación del Modelo Económico Social Comunitario y una política fiscal responsable dieron como resultado en 2022 que la deuda pública total del país figure entre las más bajas de América Latina y el Caribe, y es menor que las de naciones como Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, México y Uruguay.
El ministerio describe que la deuda pública boliviana está muy por debajo de los límites fijados por organismos internacionales como el Tratado de Maastrich, que la fija en 60 unidades porcentuales, lo cual ofrece un margen aceptable para acceder a mayores recursos necesarios para inversiones.
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